Elecciones 2024
|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Hoy me desvelé contigo, te conté muchas cosas: por ejemplo, cuánto me gustaba cuando me mirabas y tus cejas se movían como si llovieran.

Nunca antes me había empapado tanto de ternura por unos ojos.

También te conté que extraño abrazarte y acostarme en tus brazos; lo he dicho en mis canciones, pero no me canso de decírtelo, porque es la verdad.

Tú crees que escribo por oficio, pero no, en realidad, escribo porque necesito vaciarme de tanto amor y ternura y tanta melancolía que se quedó aquí conmigo y que ya no sé dónde poner.

Porque mi mesita de noche está llena de recuerdos, de fotos, y de hojas hartas de tantas palabras que ya no les cabe ni un sólo sentimiento más, ni una lágrima, ni una queja, ni una tristeza.

Te dije lo enojada que estaba, pero no contigo, mi amor.

Yo no me puedo enojar con esos ojitos tuyos, ni con esas manos que saben hacer arte en mi guitarra, en mi piel... en todas partes.

No me puedo enojar contigo, aunque quisiera.

El amor es como una mala hierba en mí, se mete por todas partes, se enreda por cada rincón de mi ser y no me deja más que amarte.

En realidad, estoy enojada con la vida, con lo inoportuna que se portó conmigo ahora, porque nos puso en momentos y caminos que no estaban diseñados para recorrerlos juntos.

Entonces, ¿para qué?, ¿para qué tan tercamente nos cruzaba una y otra vez? o ¿habrás sido tú, el terco que se interpuso entre la distancia que la vida sabiamente ponía y le arruinaste los planes?

Nunca lo sabremos.

Pero estoy enojada con ella, y contigo, un poquito, o mucho.

Pero es de ese enojo que se me va a pasar con el primer abrazo que nos podamos dar un día, cuando el dolor de aceptar que no hay lugar para los dos en el mismo barco haya pasado.

Y entonces, pueda verte de nuevo, y pueda mirarte sin querer comerte a besitos, como lo hacía cada vez que te dejabas querer, como a mí me gustaba.

En fin, mi amor…
Hoy me desvelé contigo.
Ya son las 3:13.
Date la vuelta, como siempre.
Déjame extrañarte, como siempre.
Sólo un poquito menos… cada vez.

Lo más leído

skeleton





skeleton