El campo de flores que provocó una ola de violencia en la sierra

La irrupción del cártel de 'Guerrero Unidos' en la zona de Filo Mayor dejó en 40 días un saldo de nueve asesinatos.

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Guerreros Unidos mantiene una campaña violenta encaminada a controlar la sierra de Filo Mayor, la zona de más producción de amapola en el país. (Archivo/AP)
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Rogelio Agustín Esteban/Milenio
GUERRERO.- Desde hace 40 días el cártel de Guerreros Unidos mantiene una campaña violenta encaminada a controlar la sierra de Filo Mayor, la zona de más producción de amapola en el país.

El resultado de estos hechos han sido nueve muertos, un policía comunitario desaparecido, un joven levantado y tres casas quemadas.

Las autoridades desplegaron al menos 80 policías estatales y 15 militares, quienes realizan operativos para, entre otros objetivos, localizar al joven secuestrado.

Además, los comisarios de 49 pueblos —incorporados a una asociación civil, que en sus estatutos asegura pugnar por la paz, la seguridad pública y el desarrollo social en los municipios de Chilpancingo, Heliodoro Castillo, Leonardo Bravo y Eduardo Neri— sostienen que no están dispuestos a vivir sometidos al interés del crimen organizado.

Recordaron que una célula importante de Guerreros Unidos fue expulsada del ejido de Carrizalillo en octubre de 2014, tras un operativo que realizó la Policía Federal a partir del caso de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.

Los representantes comunitarios de Filo Mayor lamentaron que, lejos de debilitarse por los sucesos registrados en Iguala, Guerreros Unidos tiene la capacidad para mantener una campaña de expansión hacia la sierra.

Por esa razón, advirtieron que si la Marina y la Policía Federal no intervienen, los pueblos afectados tendrán que adoptar sus propios mecanismos de defensa.

Primero fue 'La Familia'

Mario Guevara Gómez, del comisariado de Bienes Comunales de Izotepec, municipio de Heliodoro Castillo, señaló que en dicho pueblo la violencia se recrudeció a partir del 25 de febrero pasado, cuando el comisario Tiburcio Moreno fue asesinado por órdenes un delincuente llamado Juan Castillo Gómez, El Teniente.

Explicó que un grupo de militares llegó a la comunidad para solicitar información sobre la zona, y como El Teniente tuvo miedo de que lo denunciaran ordenó la ejecución del comisario.

Explicó que Juan Castillo es originario del Tecomazuchil y trabaja en coordinación con otro delincuente de Villa Xóchilt, al que solo identificó como El Mexiquense, a fin de extender su control hacia Ojo de Agua, donde operan los Baltazar Moreno.

Éstos últimos tienen presencia hasta Polixtepec, donde el poder estaba representado por los hermanos Ángel y Efraín Villalobos.

Guevara Gómez señaló que entre El Teniente, los Baltazar Moreno y los Vilallobos tienen el control de comunidades como Las Margaritas, El Encanto, El Naranjo y Corral de Piedra.

Crescencio Pacheco González, comisario de Filo de Caballos, recordó que en 2013 fueron expulsados de Campo de Aviación los integrantes de una célula delictiva que trabajaba para La Familia michoacana.

Manifestó que integrantes de ese grupo tenían el apellido Montaño y emplearon a los hermanos Villalobos en Polixtepec.  

Para evitar que regresaran a Campo de Aviación, pueblo que es paso obligado para subir a la sierra, en 2013 los comisarios les quemaron varias casas de seguridad y constituyeron una Policía Rural, que está reconocida por el gobierno estatal.

Los Villalobos trabajaban para los Montaño. Eran una organización grande hasta que los pueblos se unieron y los sacaron de la zona. Se fueron pero ahora están reagrupados; recibieron financiamiento y cambiaron de organización. Ahora se asumen como Guerreros Unidos”, expuso Pacheco González.

Dijo que la crispación resurgió el pasado 14 de octubre, cuando en varios viajes de helicóptero ingresaron más de 50 sujetos armados en la parte alta de Puentecillas, localidad ubicada entre Filo de Caballos, El Ranchito y Polixtepec.

“Desde lo alto del cerro dispararon contra el centro de Filo. Pedimos que subiera el Ejército y lo hizo. Los militares recorrieron el área y detuvieron una persona, a la cual le encontraron siete armas, entre rifles R-15, AK-47 y un calibre 50”.

En otras condiciones las pretensiones de Guerrero Unidos no hubieran encontrado resistencia; sin embargo, el surgimiento de una asociación que integra 49 pueblos en un solo frente les ha generado las condiciones para contener el avance de la organización delictiva y pedir el respaldo de las autoridades, agregó el comisario.

Entonces decidieron recurrir a la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (Upoeg), cuya Policía Ciudadana confrontó a los hermanos Villalobos en Polixtepec, El Naranjo e Izotepec.

Sin embargo, consideró que para reinstalar plenamente la tranquilidad se requiere el respaldo de la Federación.

Urge la llegada de Federales

Ismael Cástulo Guzmán, coordinador de la Policía Rural en Los Morros, recordó que este miércoles venció el plazo de diez días que se pactó en Chilpancingo con el gobierno estatal, el pasado 15 de noviembre, para contener la violencia.

Reconoció que el gobierno de la entidad ha hecho lo que le corresponde, pues hasta el momento es la Fuerza Estatal la única corporación que ha intervenido para contener las agresiones, aunque no han tenido la movilidad necesaria para evitar hechos como los del 21 de noviembre por la noche en Polixtepec, cuando murieron cuatro integrantes de una familia en ataques a granadazos contra una casa.

Asumió que si la Policía Federal y la Marina hubieran implementado la operación conjunta que se anunció en la capital de Guerrero, no se tendría que lamentar esa agresión.

Advirtió que si no llegan los refuerzos de la Federación, los pobladores tendrán que poner en marcha su propio plan de acción, porque no están dispuestos a vivir el sometimiento que padecieron los ejidatarios de El Carrizalillo.

Para Servando de Jesús Salgado, presidente de la Unión de Pueblos de la Sierra, lo que se vive en la zona es una lucha, porque la delincuencia quiere controlar la zona de mayor producción de amapola en el país.

En todo caso, dijo que de primera instancia se necesita del envío de las fuerzas federales para inhibir la violencia, pero también se debe hacer lo necesario por desplazar la siembra de enervantes como actividad productiva.

“Si no cambiamos esa forma de hacer economía la violencia seguirá, es necesario generar alternativas reales para que la gente obtenga ingresos completamente lícitos, si conseguimos avanzar en ese sentido, habremos dado un paso fundamental para abatir las confrontaciones”, aseveró.

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