Egipto: 'Dependemos de Dios y los ángeles para que nos protejan'

Los partidarios del expresidente Morsi han atacado a fieles coptos en sus viviendas y centros religiosos.

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Los islamistas han saqueado templos cristianos de varias partes del país. (Agencias)
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Agencias
EL CAIRO, Egipto.- Después de incendiar una escuela franciscana, los islamistas obligaron a tres monjas a caminar por las calles como si fueran "prisioneras de guerra", antes de que una mujer musulmana les ofreciera refugio. Otras dos mujeres que trabajaban en la escuela fueron acosadas sexualmente mientras trataban de abrirse paso entre la turba.

En los cuatro días transcurridos desde que las fuerzas de seguridad desalojaron dos campamentos de partidarios del derrocado presidente egipcio Mohamed Morsi, los islamistas han atacado decenas de iglesias coptas, además de viviendas y negocios de la minoría cristiana. La campaña de intimidación parece ser una advertencia a los cristianos de fuera de El Cairo de que se alejen del activismo político, de acuerdo con AP.

Los cristianos han sufrido desde hace mucho discriminación y violencia a mano de la mayoría musulmana de Egipto, donde son sólo el 10% de los 90 millones de habitantes. Las agresiones aumentaron después que los islamistas llegaron al poder a raíz de la Primavera Arabe de 2011, que derrocó a Hosni Mubarak, lo que alentó a los extremistas. 

Pero los cristianos han sido objeto de agresiones también desde que el presidente Mohamed Morsi fue derrocado el 3 de julio, lo que provocó una ola de violencia entre los islamistas, liderados por la Hermandad Musulmana, el partido de Morsi.

Los ataques son para reivindicar la influencia de los islamistas en zonas de minoría cristiana

Casi 40 iglesias han sido saqueadas e incendiadas, mientras que otras 23 han sido atacadas y sufrido fuertes daños desde el miércoles, cuando surgió el caos después que el gobierno interino, apoyado por los militares, decidió despejar dos campamentos llenos de manifestantes que pedían el regreso de Morsi al poder, enfrentamientos en los que murieron numerosos manifestantes y que a su vez provocaron combates mortales en todo el país.

La comunidad cristiana de Egipto, una de las más antiguas del mundo, por lo general ha mantenido un bajo perfil, pero su activismo político ha aumentado desde que Mubarak fue derrocado y los cristianos trataron de conseguir un mejor trato.

Muchos partidarios de Morsi dicen que los cristianos tuvieron un papel desproporcionadamente grande en los días de las manifestaciones masivas, en que millones exigieron que renunciara, antes del golpe.

A pesar de la violencia, la Iglesia copta de Egipto renovó su compromiso el viernes con el nuevo orden político, al expresar en un comunicado que apoyaba al ejército y a la policía en la lucha contra "los grupos armados violentos y el terrorismo".

Mientras los cristianos han resistido los ataques de los extremistas, se han acercado a los musulmanes moderados en algunas partes, en una inusual muestra de solidaridad.

Cientos de miembros de ambas comunidades se congregaron en dos monasterios en la provincia de Bani Suef, al sur de El Cairo, para evitar los ataques esperados de manera inminente el sábado, dijo el activista local Girgis Waheeb. Los activistas reportaron ejemplos similares en regiones al sur de la capital, pero no lo suficiente para ofrecer una protección efectiva a iglesias y monasterios.

Waheeb, otros activistas y víctimas en la ola más reciente de ataques culpan tanto a la policía como a los islamistas extremistas de lo sucedido. Los ataques, dijeron, coincidieron con agresiones contra estaciones de policía en provincias como Bani Suef y Minya, lo que hizo que la mayoría de las fuerzas del gobierno se centraran en defender las estaciones, en vez de ir al rescate de los cristianos.

Los ataques son un recordatorio de que los islamistas, aunque están a la defensiva en El Cairo, mantienen influencia y la capacidad de desatar la violencia en zonas que controlan en las provincias y donde los cristianos son una gran minoría.

'Dependemos de Dios'

Gamaa Islamiya, el grupo extremista que tiene una influencia considerable en las provincias al sur de El Cairo, negó tener ninguna relación con los ataques. Por su parte, la Hermandad Musulmana, que la liderado las desafiantes protestas contra el derrocamiento de Morsi, ha condenado los ataques, dijo el portavoz Mourad Ali.

La hermana Manal es la directora de la escuela franciscana en Bani Suef. Estaba desayunando con dos monjas que estaban de visita cuando se conoció la noticia del despeje de los dos campamentos por la policía, con un saldo de cientos de muertos. En un ataque duró unas seis horas, ella, las hermanas Abeer, Demiana y un puñado de empleados de la escuela vieron a una turba entrar a la escuela, saquear la instalación, derribar la cruz de la entrada y reemplazarla por una bandera negra parecida a la de Al-Qaeda.

Para cuando los islamistas les ordenaron que salieran, las llamas afectaban todo el edificio de 115 años, la instalación principal y dos adiciones recientes.

"Somos monjas, dijo la hermana Manal, de 47 años. "Al final, nos pasearon como prisioneros de guerra y nos dijeron todo tipo de abusos, sin decirnos a dónde nos llevaban", dijo.

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