Liliana Sosa/Milenio
MÉXICO, D.F.- Desde el primer minuto de este jueves finalizó la transmisión de señal análoga en la zona centro del país, lo cual incluye al Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla y la Ciudad de México, además de los municipios norteños de Caborca y Agua Prieta, Sonora. 

En colonias del Distrito Federal como Cuautepec, ubicada en la delegación Gustavo A. Madero, cientos de personas se quedaron con su televisor viejo de adorno, porque ya no lo pueden ver, ya que muchos no alcanzaron las pantallas digitales que entregó el gobierno federal y otros no pueden pagar el decodificador y la antena.

La señora Patricia es dueña de una fonda y tras mostrar que ya no sirve su televisión de más de 30 pulgadas que está sobre el refrigerador, bromea y, mientras baila sobre una silla, dice que ahora les tendrá que hacer show a sus clientes para entretenerlos.

También le preocupa lo que la gente haga para entretenerse con tanto tiempo libre y apuesta a que habrá una repoblación en el país.

“No es que uno sea de alcurnia, pero qué va a hacer la gente que es más pobre que uno, ¿qué va a hacer para distraerse? ¡Pues va a hacer más niños!”, explicó.   

A ella no le tocó televisor y, junto con su esposo Francisco, aseguró que la única opción que ahora tiene es “mandarla a un museo o quemarla, hacerla polvo y plantarla para ver si sale un árbol”, cuentan entre risas.

La noticia tomó por sorpresa a muchos, pues aseguraban que el apagón sería hasta el 31 de diciembre y no este jueves 17, por ello, de última hora fueron a cotizar el decodificador y la antena.

Rufina Mata cuenta que su hermana, muy preocupada, le dijo el miércoles que ya solo iba a poder ver su novela ese día, ya que el jueves les quitaban la señal y el televisor ya no serviría.

Rufina, segura de ella, le dijo que todo sería hasta el último día del año, pero ayer por la mañana se dio cuenta de su error y ni ella ni su hermana podían ver su televisor. No sabrán lo que pasó en la novela.

Aunque incrédula, el mismo miércoles fue a cotizar el decodificador y la antena y costaban 500 y 200, respectivamente.

“Uno no tiene dinero para pagar eso ahorita, esto va a ser como un rancho que no ve nada”, cuenta.

Martha Licona tiene una panadería y pasa casi todo el día en ella, su única distracción era ver la tele, pero a partir de ahora escuchará la radio desde su celular.

Cuenta que fue una de las beneficiadas del programa federal y recibió una pantalla digital que tiene en su casa, pero aún no la ha podido instalar, porque viene sin una pata y le dijeron que debe ir a cambiarla, solo que no tiene tiempo, ya que tendría que cerrar su negocio, lo que representa pérdidas para ella.

Pero para la televisión que tiene en su negocio no ha comprado decodificador y por el momento no tiene dinero para adquirirlo, pues tendría que ahorrar, por lo menos, tres meses.

María de Jesús Hernández sí alcanzó televisión, pero, aunque en cuartos separados, en su casa también vive su hija con toda su familia y ellos no lograron obtener una de las pantallas otorgadas por el gobierno federal.

Cuenta que en muchas cosas es común que en una misma casa vivan varias familias, por lo cual la entrega de las pantallas se complicaría, ya que verían que se trata de la misma dirección.

En general, dicen estar molestos con la decisión de realizar el apagón analógico, pues su teoría es que el gobierno solo les quiere sacar el dinero, pero con resignación han aceptado y ahora no saben qué hacer con su caja de televisión análoga.

Nadie sabe que el gobierno federal abrió cuatro centros de acopio en el Distrito Federal en Viveros de Coyoacán, el Parque Bicentenario, Bioparque Urbano San Antonio y en almacén general central de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Luego de realizar un recorrido por dos de ellos, Milenio constató que no hay ningún letrero que pueda identificar los lugares como centros de acopio.

La mecánica por el momento es que los vigilantes de cada uno de los lugares harán una relación de los aparatos que les lleven.

Por medio de un comunicado “urgente”, un día antes les avisaron que se encontraban en un lugar donde la gente llevaría sus pantallas análogas, por lo que les indicaban los pasos a seguir, aunque no les ponían datos como el horario de servicio o si en futuros días habría alguien más para atender a la gente.