Serge Barbeau, un artista con gran influencia maya

No solo la obra del artista visual canadiense se ha visto modificada por la cultura yucateca, sino su forma de ser.

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Serge Barbeau, artista visual, canadiense de nacimiento, maya de corazón. (SIPSE).
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Joel González/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Serge Barbeau dedica su obra en dar a conocer el rostro de los antiguos mayas.

Inició su carrera como fotógrafo de modas en su natal Canadá, conoció México y se quedó a vivir en un pequeño pueblo cerca de Tulum, donde aprendió sobre la tranquilidad de los mayas, quienes han influenciado su obra y por quienes hoy trabaja para lograr que las nuevas generaciones conozcan la realidad de las personas de esta cultura milenaria y la vulnerabilidad en la que viven.

El artista visual canadiense, luego de convivir codo o codo con los indígenas mayas, ha dedicado su presente obra “Últimos testigos: Guerra de Castas 1847-20??” a  la difusión de sus rostros sofisticados, de gente muy noble llena de vida, misterio, religión y misticismo, y que habla con franqueza de la vida.

“Desde que estoy en México cambié mucho, sigo con mi vida pero mucho más tranquilo y con más profundidad”, señaló en entrevista Barbeau.

Recordó que el acercamiento con los pueblos mayas le ha dado un tiempo para reflexionar sobre su vida, para pensar en los indígenas, en la tranquilidad que tienen esos abuelos; piensa que la vida de ellos es simple, muy sencilla y real debido a que viven en una realidad que pueden palpar, todo lo que poseen lo pueden tocar; no hay cosas en el banco y no hay cosas escondidas.

El fotógrafo piensa que esta filosofía de vida proporciona una gran armonía; sin embargo le preocupa que  los mayas de la península actualmente vivan un momento muy difícil, porque el progreso llegó muy rápido y ha cambiado, en solo dos generaciones, toda la identidad de los mayas.

Explicó que la velocidad con que crece la Riviera Maya ha repercutido mucho a este grupo étnico en los últimos tres años; favoreciendo el turismo pero creando un gran impacto social; “Esos señores están al final de una momento y frente a ellos no queda casi nada; los chicos partieron a trabajar en los hoteles, lo que no es ni bueno ni malo, pero hay que tenerlo en cuenta porque es necesario apoyar a esas personas”, puntualizó.

Cultura que se va perdiendo

Dejó claro que no se debe pensar en renacer sino en acompañar a estas personas para que puedan continuar su manera de vivir, así como transmitir su cultura a los niños, la cual se está perdiendo; “Antes los chicos obtenían por sus propios métodos lo que necesitaban, hoy lo compran en un súper mercado”, expresó el canadiense.

Añadió que acompañarlos significa no cambiarlos, es darles algo que les permita seguir con su camino; como talleres para capitalizar la artesanía que fabrican como bordados, chicle, menta.

“A veces les cortan la luz a estas personas porque no pueden pagarla; estos son detalles muy importantes que se deberían analizar para permitir que la cultura maya subsista”, aseguró.

Para finalizar detalló que está tratando junto con un grupo de personas, de hacer que la gente voltee la mirada a eso que está pasando, ya que está convencido de que hay una conexión entre las nuevas generaciones, pero es necesario interesar a los jóvenes urbanos en el tema, lo que significaría la ligadura que falta para que podamos apoyar su existencia y poder recibir todo eso que regalan al mundo.

“Creo que el mérito de mi actual obra es que puse enfrente gente que está muy atrás hasta que llega a ser olvidada”, concluyó.

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