Fantasmas en el envejecimiento (3 de 3)

Ponte una meta para cada día que te permita ser feliz y si puedes ponerte más de una, ¡adelante!

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El miedo provoca “ansiedad”, ante la cual dos respuestas emocionales son posibles: ira o tristeza. Ambas provocan incómodas “sensaciones corporales” y “pensamientos negativos” agresivos. 

Las “sensaciones corporales” las manejamos a través de ejercicios de relajación y respiración que destensen nuestros músculos, sobre todo, cuello, espalda y extremidades. 

Los “pensamientos negativos” podemos manejarlos siguiendo estos tres pasos:

1. El opuesto en positivo. Cuando tengas un pensamiento negativo, piensa lo opuesto, lo contrario. Es un ejercicio mental sencillo pero muy efectivo. No te permitas ni un solo pensamiento negativo. Es tu primer reto. Tu gimnasia mental de cada día: el opuesto en positivo.

2. Plazo fijo. Ponte un mínimo de tres semanas para hacer esta gimnasia mental. Es efectiva sólo si logramos convertirla en un hábito. Verás la cantidad de pensamientos y emociones negativas que lograrás desechar. Tendrás mayor estabilidad emocional. 

3. Metas y soluciones concretas. Se trata de entrar en acción. Ponte una meta para cada día que te permita ser feliz y si puedes ponerte más de una, ¡adelante! Al final del día, verás que, para cumplir tu meta, solucionaste más de un obstáculo exitosamente. 

Jovencitos, en el “pensamiento positivo” no hay lugar para el miedo. Fomentemos un clima agradable para nosotros y para los que conviven con nosotros diariamente.

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