Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- “La vocación la traes de nacimiento, pero descubrir para qué eres bueno y aprovecharlo para servir, es el reto”, aseguró la Magistrada Primera del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Yucatán, Ligia Aurora Cortés Ortega.

Su vida la ha regido con liderazgo y la visión de servicio, inculcado por sus padres y desarrollado en su vida, encausando su aptitud en el terreno legislativo y encabezando causas que benefician a sectores vulnerables.

En su biografía destacan puestos estratégicos e históricos que la han ubicado como pionera en materia de procuración de justicia, mediación, legislativa y social, pero todos urdidos por la mano de la providencia, la cual asegura la ha acompañado a través de personajes importantes que ha ha conocido y modelos a seguir para su ejercicio profesional, personal y su crecimiento espiritual.

En esa amplia lista figuran sus padres Manuel Cortés Vera y Elena Oliva Ortega Argáez, la primera mujer graduada en leyes de Yucatán, Antonia Jiménez Trava; Olga Sánchez Cordero, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el activista César Chávez, José Jesús Esquivel Cantón, que le confió ser la primer mujer con el puesto de subprocuradora de justicia del Estado; el Arzobispo Manuel Castro Ruíz y San Juan Pablo II.

Además de servidora pública, es la presidenta de asociaciones civiles y catedrática en la carrera de leyes.

Vocación y liderazgo

“La vocación la tienes siempre contigo, lo importante es cómo la descubres; la persona está para servir, pero el punto es dónde y a quién. Si tienes los dotes de liderazgo es importante descubrirlo. 

Con el tiempo te vas dando cuenta desde la infancia con los amigos, desde la escuela, a las reuniones que se asiste, tratas que todos estén contentos.

Mi papá nunca nos regañó, nos motivó a ser líderes en apoyo a los amigos y cuando un amigo tenía problemas con su familia, nos pedía que lo invitáramos a comer a la casa, y con los deliciosos platillos de mi madre y la convivencia se les olvidaba el trago amargo de sus conflictos en casa”, comentó al hacer memoria los orígenes.

Destacó que en su caminar, buscó testimonios de vida que la orientaran, los primeros fueron sus padres, quienes nunca se negaron a las oportunidades de ayudar y luego maestros, profesionales, líderes nacionales e internacionales que influyeron en reforzar su visión.

“En la secundaria conocí casos de violencia  familiar, entonces pregunté a los maestros cómo podemos colaborar con esos compañeros que están sufriendo en sus casas, entonces escuché hablar del DIF; cuando le dije a mi padre que quería ayudar, me dijo que para hacerlo bien tenía que prepararme y le preguntó qué tengo que hacer, y me habló de la abogacía, fue entonces cuando encontré el rumbo a seguir”, abundó.

A pesar de este descubrimiento, su madre le recomendó ser maestra, pero ella no aceptó esa línea de acción, su vocación estaba clara, sin embargo, la vida la llamó a la docencia y desde hace 16 generaciones es catedrática  en la Escuela de Derecho “Justo Sierra O’reily” CTM.

En todos lados es Ligia Aurora, pero en Progreso le siguen llamado “Yoyis” como signo de esa sencillez construida desde su infancia y cultivada hasta la fecha. 

Haciendo historia

“Durante mi desarrollo profesional conocía un gran hombre José Jesús Esquivel Cantón, quien es el que me lleva a la Procuraduría, como subprocuradora de justicia del Estado, siendo la primera mujer en el cargo, y él, un hombre confiando en una joven para este importante cargo.

"También entré en los juzgados civiles, y ahí tengo otra maestra, la magistrada en retiro Amira Hernández Guerra, una mujer maravillosa que sabe enseñar, una líder, aprendí mucho de ella y sigo admirándola.

"Y así se va forjando la historia de la mujer, la  niña, la adolescente, el adulto, una mujer en la magistratura, desde siempre he sentido que todos los dones que Dios me había regalado habían que trabajarlos, cuando me gradué, llegué con mi diploma a mi casa y le dije a mi familia ¡triunfamos! Porque si no fuera por el apoyo y su cariño no lo hubiera logrado”, recordó.

Ejerciendo su tarea legislativa cuenta con el cargo de magistrada inamovible otorgado por Víctor Cervera Pacheco, el cual desempeña sin el límite de tiempo ni de la edad y a pesar de la nueva ley orgánica.

Gracias a su labor, ha logrado formarse y trabajar en otros estados, en el extranjero, con grupos de alto nivel para trabar temas trascendentales como la profesionalización a propósito del nuevo sistema penal acusatorio.

“Soy feliz como mujer, abogada, como magistrada, siento que Dios ha sido muy grande conmigo y me ha dado a manos llenas,  desde el momento que me escogió para tomar decisiones como magistrada, sé que no lo voy a defraudar, porque cada acción entrego una calificación a él.”

La función pública es para servir, aunque me han dicho si soy política, prefiero ejercer el derecho, porque la ley hay que aplicarla y explicarla, pero no soy totalmente legalista, también tengo un corazón, y cuando veo un expediente tengo que ver los tratados internacionales, la convencionalidad, porque se puede, porque no se sabe qué hay detrás de la conducta ilícita y con eso se pueden hacer sentencias a la altura y Yucatán es un estado de derecho donde los tres poderes trabajan en armonía”, apuntó.

Religión la base de mi triunfo 

Desde una cuna de familia de fe y una formación académica temprana en un colegio con religiosas del carisma del Padre José María de Yermo y Parres, la religión ha formado parte de su vida y asegura, parte de su triunfo.

“Tuve la oportunidad de ser amiga de Manuel Castro Ruiz, mi también director espiritual, a él también le debo estar aquí, porque en los momentos más difíciles él me apoyó y él fue quien me dio el pase para comulgar de las manos de Juan Pablo II, en la misa de Xoclán en 1993, es un regalo de Dios.

"En el momento que pasé, nos dijeron que no habláramos, sólo tomáramos la comunión pero no pude callar y le dije: 'Santo Padre bendíceme porque tengo miedo de seguir en la asociación (Altruista Yermo y Parres), porque está creciendo y no sé qué hacer', entonces él antes de darme la hostia me dio la bendición en la frente y escuche sus palabras: No tengas miedo, Dios y María contigo. No se paró mi corazón pero las lágrimas comenzaron a brotar”, rememoró.

Destacó que ese momento fue determinante para continuar con la organización, que ya cumple 20 años de dar atención jurídica y psicológica gratuita.

Sus acciones altruistas la han llevado a formar parte de la Red Salvemos una Vida, dirigida por Alis García Gamboa, madrina de su asociación y en fundar la Asociación Mujeres Corazón de Yucatán, una agrupación interinstitucional que agiliza la atención de necesidades a través de las dependencias.

Perfil

• Ligia Aurora Cortés Ortega nació el 13 de agosto de 1948 

Trayectoria

• Subprocuradora de Justicia del Estado (primera mujer en el cargo 1988). 
• Magistrada Primera de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado 1989. 
• Presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado (1991-1992). 
• Vicepresidenta de la Zona Sureste de la Comisión Nacional de Presidentes de Tribunales Superiores de Justicia. 
• Vicepresidenta de la Zona Sur de la “Academia Mexicana de Justicia A.C.”
• Reconocimiento Otorgado por el Poder Judicial del Estado de Yucatán por su Trayectoria como  Impartidora de Justicia. Marzo de 2014.
• Reconocimiento por su interés, labor y tenacidad en la implementación y difusión de la Mediación en el Estado de Yucatán, así como la excelente Organización y desarrollo de la Reunión de la Comisión Nacional de Directores de Centros de Justicia Alternativa, agosto 2009.
• Reconocimiento por su generosidad al apadrinar los trabajos de la Cruz Monumental de la Sede Parroquial de la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar, Mérida, Yucatán, 2007.
• Recipendaria de la Medalla “Juan Miguel Castro Martín”, otorgada por primera vez por el H. Ayuntamiento de la Ciudad y Puerto de Progreso, Yucatán, 2006.