En el primer Encuentro Nacional de Autodefensas Ciudadanas, realizado el pasado 28 de mayo en el Poliforum Cultural Siqueiros, en la ciudad de México, José Manuel Mireles, líder de las autodefensas de Tepalcatepec, aclaró: “No dejaremos las armas hasta que todos los delincuentes sean desarmados”. 

Hipólito Mora, líder de las autodefensas de La Ruana, afirmó que piensan seguir en su lucha en Michoacán y, de ser necesario, en todo México. 

El punto coincidente es el reclamo contra la delincuencia organizada, la ausencia de justicia y falta de seguridad pública que provoca que ciudadanos se protejan con armas largas o exclusivas del Ejército y la Armada. 

El tema abierto, tratado a nivel nacional, reunió a diferentes personas que  representan otras instancias de autodefensas: Contra la cobardía y complicidad de autoridades,  derechos humanos de los militares, migrantes de la frontera, víctimas de la violencia y trata de personas, derechos políticos de los ciudadanos, frente a estructuras de gobierno corruptas, empresarial, contra el secuestro y alguna otra.

Es la libertad de la población adulta para protegerse cuando la instancia encargada de hacerlo no funciona, no le importa y es incompetente porque está corrupta y coartada por las amenazas de los bandidos. 

Y en el intercambio de ideas entre los presentes en el encuentro se habla de formar una Guardia Nacional, propuesta que la señora Isabel Miranda considera como sólo un pretexto para que continúen armados con AK7 ante la complacencia del Ejecutivo nacional negociador, padre de todos los mexicanos, soporte de las instituciones, cauto, tolerante, con mucha mano izquierda, pusilánime.

Esta pésima señal está siendo interpretada de diferentes maneras, especialmente ahora que resulta que somos el país número uno en problemas de violencia y acoso escolar. (Evito, por cultura, anglicismos imbéciles).  

Recientemente la Asociación de Autodefensas Escolar de los Niños Mexicanos, A.C., propuso la compra de ligas de hule y cáscara de naranja endurecida. 

Los niños serán capaces de repeler las agresiones de los cobardes tolerados por autoridades de los planteles. Si los adultos lo hacen, se los permiten y dan medios para su difusión, ¿qué tendría de malo que nuestros niños se encarguen de su seguridad?, comenta la AAENM.

¡Vaya biem!