Sangriento 'festejo' con polémico ritual chiíta en Irak

Con latigazos y sangre celebran los chiítas el Día de Ashura. Líderes religiosos aseguran que la práctica no tiene ninguna base histórica.

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Numerosos hombres participan en el ritual sangriento que conmemora la muerte de Hussein, el nieto del profeta Mahoma. Imagen del Día de Ashura Ashura en Bagdad, este 24 de octubre de 2015. (REUTERS/Ahmed Saad)
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Agencias
KERBALA, Irak.- Algunas comunidades del mundo chiíta han celebrado en varios países la controvertida fiesta de la Ashura, que incluye sangrientos rituales de autoflagelación masiva o derramamiento de sangre, según publicó el sitio web de RT. 

El Día de Ashura es celebrado por algunos chiítas la décima jornada del mes de muharram, el primero del calendario lunar islámico, que este año coincidió con el 24 de octubre.

La fiesta conmemora la muerte de Hussein, el nieto del profeta Mahoma que falleció en una batalla en Kerbala, Irak, en el año 680, a manos del Ejército del califa Yazid I.

El cuerpo de Hussein fue mutilado, por lo que el nieto del profeta es considerado como un mártir. Una minoría de los participantes opta por la autoflagelación para celebrar el evento, mientras que el resto toma parte en procesiones menos sangrientas, explica 'The Huffington Post'.

La celebración es a veces criticada por sus rituales donde participan tanto adultos como niños. Asimismo, muchos líderes religiosos chiítas critican el derramamiento de sangre asegurando que la práctica no tiene ninguna base histórica además de crear una imagen negativa del islam.

La Ashura se celebra principalmente en los países de mayoría chiíta (Irán, Irak y Baréin), pero también en Estados donde los chiítas son minoría, como el Líbano, Arabia Saudita, Pakistán o Afganistán. Las mayores celebraciones tienen lugar en la ciudad iraquí de Kerbala, donde falleció Hussein.

La muerte de Hussein fue uno de los acontecimientos decisivos en la historia del islam, ya que fomentó más su división en dos ramas.

Tras la muerte de Mahoma un grupo de musulmanes (nombrados posteriormente chiítas) creía que el poder debía designarse por un parentesco familiar con el profeta y optó por Alí, el primo de Mahoma y padre de Hussein.

Según el otro grupo, los sunitas, la nueva cabeza del califato debía ser elegido por la mayoría de los miembros de la comunidad musulmana.

Actualmente el 87 por ciento de los musulmanes son sunitas y un 13 por ciento, chiítas.

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