Agencias
MÉXICO, D.F.- La falta de conciencia sobre las complicaciones de la influenza y el creer que la vacuna genera la enfermedad, son las principales causas por las que la población en general no se aplica el biológico, indicaron profesionales de la salud.

En conferencia de prensa, la directora médica de GSK México, Yolanda Cervantes, indicó que, de acuerdo con una encuesta realizada a mil 400 médicos generales, enfermeras y pediatras, la primera causa (37 por ciento) por la que la gente no se vacuna es por la falta de entendimiento sobre la enfermedad, según publica Notimex.

Mientras que 24 por ciento de los profesionales de la salud expuso que la segunda causa es que “les inquieta que la propia vacuna les genere síntomas equiparables a los de la enfermedad”.

Sobre los grupos anti vacunas que llaman a la gente a no aplicarse este tipo de biológicos por presuntos efectos adversos que pueden tener, señaló que en México existe un sistema de vacunación fuerte, en el cual no hay mucho eco para estas personas.

“Lo triste es cuando dejan de vacunarse, porque ahí está lo que sucedió en Estados Unidos con el brote de sarampión”, destacó la directiva farmacéutica.

La tercera causa por la que la población no se pone el biológico es por el desconocimiento de que el virus muta, y no reconocen la necesidad de vacunarse cada año.

Señaló que este año se prevé que el virus AH3N2 será el de mayor circulación, y para el próximo, de acuerdo con los reportes de cada país, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinará los virus que deberá contener el biológico.

La influenza es una enfermedad viral contagiosa que se propaga por la tos y estornudos, es diferente de un resfriado común porque los síntomas son más fuertes y pueden llevar hasta la muerte.

Cervantes destacó la importancia de que los profesionales de la salud eduquen a la ciudadanía sobre lo grave que puede ser la influenza y echar abajo los mitos que existen en torno de la única medida de prevención.

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La vacuna está dirigida a niños de seis meses a cinco años de edad, adultos mayores de 60 años, personas portadoras del VIH, embarazadas, con diabetes descontrolada, obesidad mórbida, enfermedades cardiovasculares, pulmonares y aquellos que padecen cáncer y tienen un tratamiento de quimioterapia.