Edgardo Rodríguez/SIPSE
RÍO HONDO, Q. Roo.- El mercado de las maderas sigue siendo rentable para los productores forestales de Quintana Roo, sin embargo, se requiere cambiar la explotación de especies como el cedro y la caoba a maderas duras como el ciricote y tzalam  para conservar la riqueza de las selvas y bosques.

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Rafael León Negrete, gerente de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), detalló que las especies en las cuales se basa el aprovechamiento forestal de Quintana Roo como el cedro y la caoba, la primera ya no es aprovechable a nivel de selva y la segunda está en un estatus de listado de la Norma Oficial Mexicana NOM-059, mediante la cual se requiere de controles y permisos establecidos a través del convenio con el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Explicó que en la entidad existen otras maderas duras con alto valor comercial tanto en el mercado interno nacional así como en el internacional, pero localmente se han enfocado a la extracción y sobreexplotación de las maderas preciosas y ello ha generado que en los últimos años se presente escases y detrimento de la producción.

Aprovechamiento de maderas

Informó que Quintana Roo, uno de los estados con mayor riqueza forestal, ha perdido en casi 20 años un total de 20 mil metros cúbicos en aprovechamiento de maderas preciosas, principalmente el cedro y la caoba, ya que desde finales de los años 70 se registraba una producción de aproximadamente 25 mil metros cúbicos, no obstante, en los últimos años se han reportado cerca de cinco mil metros cúbicos.

En base a ello, dijo que la Conafor se encuentra realizando un proceso de capacitación tanto para productores, prestadores de servicios forestales e incluso personal técnico y especializado de la propia dependencia en base a la Estrategia Nacional de Incremento a la Producción y a la Productividad, en la cual se trata de aumentar el volumen de aprovechamiento pero sin poner en riesgo la sustentabilidad de la selva o poner en riesgo la fauna silvestre.

León Negrete dijo que la estrategia está planteada para que los ejidos con aprovechamiento maderable puedan voltear a ver otras especies con valor comercial y dejar de sobre explotar a otras especies que necesitan de cierto tiempo para su recuperación, pues el cedro y la caoba son especies amenazadas.

Señaló que en Quintana Roo existen diversas especies de árboles que pueden ofertarse como sustitutos de maderas preciosas y la dependencia intenta enseñarle a los productores cuáles son y cómo darles el valor agregado para su comercialización.