Hoy todos son azulgranas, todos creyeron en el trabajo de Eduardo Fentanes, todos aplaudieron la contratación del ecuatoriano Carlos Garcés y Enzo Prono, hoy todos le van Atlante.

Pero hace unos meses ¿cuál era la verdadera opinión de los seguidores?. Hay que decirlo con total honestidad, nadie daba un peso por este Atlante y menos por el estratega Eduardo Fentanes, a quien hoy muchos le deben una disculpa.

Y no por rendir pleitesía, si no porque es de humanos reconocer los errores. Este equipo demostró que cuando se trabaja en silencio, con humildad y en comunión, los resultados llegan de una u otra manera.

No recuerdo un Atlante como éste, no desde que me dedico a esta profesión y a seguirlos en cada una de sus actuaciones.

Vi pasar técnicos de renombre, jugadores de gran nivel y directivos que al final terminaron hundiendo el prestigio de la institución, que llevaron a los Potros al descenso y después a maquillar actuaciones en la división de plata.

Este Atlante, del que nadie creía, se encuentra a noventa minutos de conseguir el objetivo trazado, ganar el título del Apertura 2015 para soñar con el regreso a la Primera División.

Eduardo Fentanes y sus pupilos han dado cachetada con guante blanco a sus detractores y han revivido el espíritu azulgrana.

Es cierto, todo puede pasar en el juego de vuelta de la gran final, pero lo que ha ocurrido esta temporada nos deja una enseñanza: pierde más el que habla, que el que calla.

Nadie se imaginó que el ecuatoriano Carlos Garcés, ese que al principio dijo desconocer al club al que llegaba, se adaptara tan rápido al fútbol mexicano y defendiera con honor la playera azulgrana, al grado de convertirse en el máximo romperredes.

Tampoco creyeron que los jugadores locales, como Carlos Omar Cauich y Ernesto Reyes, tuvieran minutos en el equipo, pero sobre todo, que consiguieran destacadas actuaciones.

Es más, nadie creyó que Eduardo Fentanes llegara al final de la temporada y sin embargo hoy todos están soñando con que Atlante levante el título.