El Chepo en Kafkapulco y el "Ódiame más"

Seguramente si Mancera no hubiera cancelado las ya clásicas playas artificiales de Semana Santa, estos maeses se hubieran lanzado a bloquear los accesos a las albercas.

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Los maestros que se manifestaron de manera tan humanitaria cerrando el viernes la Autopista del Sol durante 10 horas para el solaz y esparcimiento de quienes se quedaron ahí varados sin deberla ni temerla, solo les faltó ponerse una playera americanista con el eslogan publicitario del “Ódiame más” para acabarse de ganar el aprecio del público conocedor.

Es muy probable que el mastodóntico gobierno guerrerense, encabezado por ese ejemplo de la reflexión y la inteligencia emocional que es Ángel Aguirre, que tiene el tacto de un bulldozer para resolver los problemas de la patria chica (bronca con normalistas, desastres en materia de seguridad, escándalos criminales en Kafkapulco, los grupos de autodefensa...), haya orillado al magisterio a tomar medidas extremas para resolver sus conflictos. 

Pero de ahí a hacerle la justinocompeán-señal a quienes trataban de circular por una autopista de octavo mundo, era el colmo de la provocación. Ya me imagino a la familia que prácticamente iban con las chanclas puestas para echarse un chapuzón en Caleta-Caletilla a pesar del caos imperante en aquellos lares (aparentemente ya van a quitar la estatua del lanchero para poner una del alcalde Walton chillando), atrapada en un embotellamiento de cuento alucinante de Julio Cortázar.

Seguramente si Mancera no hubiera cancelado las ya clásicas playas artificiales de Semana Santa —en un acto antipopulista para darle de gusto a la bola de gruñones que deben estarse mojando los sabañones en Punta Mita, para poner seguramente en su lugar confesionarios y altares— estos maeses se hubieran lanzado a bloquear los accesos a las albercas.

Después de muchas negociaciones, el tema se resolvió ante, la obsequiosa, diletante, pobre e histérica reacción de quienes se sintieron defraudados porque no les mandaron un pelotón de granaderos a darles una madriza ejemplar de tintes diazordacista-echeverrista para defender el estado de derecho.

Un enojo solo comparable con el de quienes se rasgaron las vestiduras porque la Selección Mexicana fue a hacer el ridículo a Honduras, como si no supiéramos que la tónica de los ratones verdes es la del ya merito, por más que los medios y los locutores que todo les festejan nos quieran hacer creer que ya están listos para la Champions.

Quizá para apresurar las negociaciones con el magisterio en una futura ocasión, las autoridades deberían de mandar al amable y simpático Chepo de la Torre que, con su natural alegría, sin duda se ganará el aprecio de los luchadores sociales. 

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