La cultura maya está de fiesta

Rolando Zapata Bello definió que los objetivos del Festival Internacional de la Cultura Maya consisten básicamente en reivindicar la cultura maya original compartiéndola.

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Después de una larga ausencia, que data tal vez de mis felices años estudiantiles, cuando acudíamos en bicicleta para disfrutar de las frescas aguas de su cenote, para saciar así nuestra sed de caricias y humedad, hace breves días me encontré de nuevo con el majestuoso paisaje  de Dzibilchaltún y su imponente Templo de las Siete Muñecas, para ser testigo de la inauguración del Festival Internacional de la Cultura Maya.

Donde Enrique Peña Nieto supo honrar su palabra, empeñada el 21 de diciembre de 1912, cuando inició el nuevo ciclo conforme al calendario maya, pues regresó a presidir la ceremonia de apertura de ésta, su segunda edición y la primera que cuenta con el apoyo decidido de la federación, como quedó claro con la presencia de los titulares nacionales de Educación, Cultura y Turismo.

Ante la presencia también del jefe del Ejecutivo de Chiapas y del embajador de Honduras,  estado y país invitados al FIC Maya 2013, respectivamente, a los que estamos hermanados a través de la cultura ancestral,

Rolando Zapata Bello definió que los objetivos de esta celebración consisten básicamente  en reivindicar la cultura maya original compartiéndola, a través de sus manifestaciones arquitectónicas, que dan cuenta de su grado de avance científico y tecnológico así como de su organización social, difundir sus manifestaciones culturales de hoy día, y también, mediante la organización de eventos artísticos de corte internacional, impulsar nuestra actividad turística generadora de ingresos.

Un coro de más de cuatrocientas voces infantiles de distintos rumbos y países pudo seducir a la luna llena que sin recato alguno se asomó para escucharlas, concediéndonos generosamente la perspectiva plateada del entorno y del universo, que muchos interpretaron como el augurio de un futuro prometedor.

Fue cuando el presidente mexicano habló de la inmensa riqueza cultural y las inconmensurables bellezas naturales y ecológicas de nuestro Estado, región y país, así como de nuestra vocación para compartirlas con todos los viajeros del ancho mundo, lo que queda claro cuando los visitantes  reconocen la cálida hospitalidad yucateca, mexicana. Y habló asimismo de la determinación de su administración de impulsar el turismo cultural, para complementar el consolidado turismo de playa con que contamos y que pueda convertirse en el motor de nuestro crecimiento económico.         

En efecto, la edición actual del Festival de la Cultura Maya constituye un irresistible atractivo para el turismo nacional y extranjero, pero también para los que tenemos la suerte de haber nacido o de haber escogido como su casa a esta generosa tierra, pues no tenemos la necesidad de trasladarnos grandes distancias para disfrutar de los eventos artísticos, libres o de paga, y regocijarnos con el arte de los mejores exponentes de otros lares.

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