Enrique Huerta/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Los regidores del Ayuntamiento de Benito Juárez preparan modificaciones en el programa del alcoholímetro para evitar que la gente trámite los amparos y cumpla las 36 horas de arresto contempladas en el Reglamento de Tránsito municipal.

Durante la VIII sesión extraordinaria de Cabildose autorizó que las comisiones de Reglamento Interior, Seguridad Públicas y Tránsito, además de la de Salud y las que gusten sumarse, trabajen una iniciativa que garantice ese arresto en el Centro de Retención municipal, popularmente llamado “Torito”.

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María Elena Lezama Espinosa, presidente municipal de Benito Juárez, aclaró que se busca que el alcoholímetro no sea una cuestión recaudatoria para los gestores que se colocan en la periferia de los operativos.

Se sabe que aprovechan para abordar a quienes son detenidos en el alcoholímetro para gestionar amparos y que el costo oscila entre mil 500 y cinco mil pesos por trámite.

“Hay lagunas. El instrumento como tal funcionaba muy bien (…) la gente encontró cómo zafarse, no había amparos”, dijo.

Reconoció que se tiene que perfeccionar este programa para que sea un instrumento de prevención y así evitar que haya conductores alcoholizados en Cancún y, de esta manera, reducir los accidentes viales causados por manejar en estado de ebriedad.

Lezama Espinosa indicó que se trabajará en comisiones para evitar el trámite de los amparos y aclaró que éstos no exentan a quien los tramita de purgar las 36 horas de retención, sino que sólo evita que se realicen en el momento de la falta.

“El alcoholímetro debe de ser un instrumento para salvar vidas y de prevención. Lo que sucede es que en las herramientas encuentran los flagelos para evadir la responsabilidad”, sentenció.

Los regidores acordaron reunirse la próxima semana para trabajar en los cambios a este programa, instaurado en el municipio desde 2012, para que se presente la iniciativa en la próxima sesión ordinaria de Cabildo.

Asimismo, en la sesión, el regidor José Luis Acosta Toledo explicó que una de las razones para evitar cumplir con las sanciones del Alcoholímetro, es el “temor a las altas tarifas” de las grúas que participan en este programa.

Ante ello, la presidente municipal informó que se analiza la posibilidad de que el Ayuntamiento cuente con sus propias grúas, aunque reconoció que no hay recursos para hacerse de ellas.