Llevan el mensaje de Dios a más de dos mil niños

Acudieron al evento 36 parroquias de todo el municipio durante dos días.

|
Monseñor Pedro Pablo Elizondo presidió la decimoprimera edición del encuentro. (Jesús Tijerina/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Sajhid Domínguez/SIPSE
CANCÚN, Quintana Roo.- Con la presencia de cerca de 2 mil 900 niños de todas las regiones y supermanzanas de Cancún, se realizó el XI Encuentro Bíblico de infantes que fue presidido por monseñor Pedro Pablo Elizondo, dónde recordó las palabas de Jesús, “Dejad que los niños vengan a mí”.

En esta decimoprimera edición se contó con la presencia de casi tres mil niños durante los dos días que duró el encuentro, con la participación de 36 parroquias de todo el municipio, siendo la sede el Deportivo Rancho Viejo.

También te puede interesar: Obispo exhorta a extirpar el ‘cáncer’ de la corrupción

Fueron dos temas que se manejaron en torno a la Eucaristía, “La palabra es presencia encuentro con la comunión” y “La eucaristía es comunión y vida”. Además de las misas, también hubo conferencias, pláticas con diferentes sacerdotes y actividades que hicieron ameno este encuentro, que reunió a más de mil 500 niños por día, quienes a la brevedad estarán haciendo su primera comunión.

Una de las actividades que más disfrutaron los pequeños, fue el concurso bíblico, en donde el sacerdote hizo varias preguntas acerca de la Biblia y los niños demostraron que sí estudiaron, ya que algunos incluso rezaron los versículos y su contenido, siendo los ganadores los representantes de la parroquia de San Francisco.

"Cuando tenemos a Dios no nos sentimos vacíos"

El onceavo Encuentro Bíblico cerró el domingo por la tarde con una misa celebrada por el Obispo de la Prelatura Cancún-Chetumal, monseñor Pedro Pablo Elizondo, quien les dedicó un bonito mensaje durante el sermón; “Cuando tenemos pecado en el corazón, perdemos la paz y la amistad con Dios. Cuando tenemos a Dios no nos sentimos vacíos. Qué bueno que ustedes están aquí en misa porque uno encuentra una paz, alegría; porque Cristo perdona nuestros pecados, hay un brillo en los ojos porque Cristo vive en nuestro corazón”.

Al final de la homilía, cientos de niños rodearon al obispo, quien les mandó una bendición.

Lo más leído

skeleton





skeleton