Guillermo Martínez encontró en Cancún su identidad

El empresario turístico lleva al destino en la sangre y en el corazón.

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“Este Cancún está compuesto por un mosaico multicolor de nacionales y extranjeros, en los que todos venimos porque había oportunidad de hacer algo". (Ivett Ycos/SIPSE)
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Claudia Olavarría/SIPSE
CANCÚN, Quintana Roo.- Guillermo Martínez Flores dice haber encontrado su identidad cuando decidió vivir en el Caribe mexicano, aunado a que lleva el turismo en la sangre.

Martínez Flores nació en la Ciudad de México; su padre era originario de Guadalajara, Jalisco, y su mamá, de Mérida, Yucatán, ambos dedicados al turismo en la capital del país, hasta que decidieron salir de ahí para establecerse en la Península de Yucatán, donde abrieron una agencia de viajes, época en la que él aún era niño.

Los amigos de la infancia se quedaron en la Ciudad de México a los que regularmente Martínez Flores visitaba, en un camión que tardaba 30 horas, y cuando llegaba el recibimiento era ¡Ya llegó el yuca!, y en Mérida los amigos lo llamaban el “Huach” (una persona procedente de la capital mexicana), por lo que cuando llegó a Cancún y decidió quedarse a vivir aquí, pensó que había resuelto su problema de identidad.

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“Este Cancún está compuesto por un mosaico multicolor de nacionales y extranjeros, en los que todos venimos porque había oportunidad de hacer algo, porque podía ser más fácil, más productivo o porque en el lugar de origen no había oportunidad de hacer nada, y aquí buscábamos, eso creo, que todos los que hemos venido y vivimos aquí, debemos estar agradecidos, porque si aquí seguimos es porque encontramos eso que estábamos buscando, mejoría en los personal, emocional, económico, patrimonial, vida diaria y demás, y quienes no se fueron”, indicó.

"Todos los que hemos venido y vivimos aquí, debemos estar agradecidos".

Dedicado al turismo 

Con el turismo en la sangre, Martínez Flores conoció el Caribe Mexicano, llegó a Isla Mujeres acompañando a su papá a la inauguración del hotel Zazil Ha, que fue al principio de los año 60, y después por cuestiones de la empresa familiar traía tanto a la isla como a Cozumel a los turistas que compraban el tour; además, cada dos semanas visitaba a su novia que vivía en Isla Mujeres; en esos viajes fue uno de los afortunados de conocer la Casa Lima, propiedad del papa de su amigo Enrique Lima en la zona hotelera, cuando lo que hoy es Cancún era conocido como “dunas” por los montículos de arena que había, y estaba completamente virgen al turismo.

Tiempo después decidió vivir en Cozumel donde ocupó la gerencia del hotel Cantarell, y cuando inició y conoció el proyecto Cancún cambió su lugar de residencia, lleva viviendo en el destino más de cuatro décadas; además, el pasado 15 de mayo su agencia de viajes Intermar Caribe IMC recién cumplió su 43 aniversario de vender paquetes de viaje hacia el Caribe Mexicano.

“El Caribe Mexicano lo vendo desde que estaba en Mérida, con mapa en mano llegaba a Estados Unidos a vender Yucatán y el recorrido por Isla Mujeres y Cozumel". (Ivett Ycos/SIPSE)

“El Caribe Mexicano lo vendo desde que estaba en Mérida, con mapa en mano llegaba a Estados Unidos a vender Yucatán y el recorrido por Isla Mujeres y Cozumel, de esa forma sabían la ubicación con relación a Miami, al primero se llegaba por tierra, y al segundo, por aire. El mercado al que atendían era el alemán, a quien le vendían un paquete cultural que era un recorrido por las zonas arqueológicas, y al final la estancia de playa y manejaban dos destinos: Isla Mujeres y Cozumel”, recordó.

Uno de los mayores fracasos que Martínez Flores dice haber tenido en Cancún ha sido la creación de un “City Tour”, porque en una ciudad tan nueva como Cancún no se ha podido realizar, aun cuando hay historia y lugares emblemáticos.

La Casa de la Cultura, el gimnasio Kuchil Baxal, el Centro de Convenciones de Cancún, son inmuebles en los que Martínez Flores estuvo muy involucrado, porque fue el principal promotor de los mismos.

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