Le pidió un favor a la Santa Muerte, ella se lo cobró

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Foto: Flickr
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Christian Calzada/SIPSE
CANCÚN.-  Vicente sufría de una grave enfermedad que le estaba chupando la vida poco a poco, había visitado cada médico de la ciudad y fuera de ella pero nadie podía curarlo.

 El hombre desesperado y con ganas de vivir lo intentó todo; rituales, remedios naturales, incluso bebió algunas infusiones, pero nada parecía funcionarle.

 Un día ya casi en la resignación, su vecina le dijo: ¿Vicente porque no vas a la cueva a las fueras de la ciudad dónde está el altar de la Santa Muerte? Ella cumple todo lo que pidas si le ofreces algo a cambio.

 Vicente pensó que no perdía nada intentando pues ya estaba con un pie en la tumba, cogió fuerzas y se levantó de la piedra donde se encontraba recostado y le dijo a la mujer: ¿Qué es lo que tendría que ofrecer? A lo que la mujer comentó - Es lo que tú quieras dar pero ten cuidado con lo que ofrezcas, porque lo tienes que cumplir o ella vendrá por ti.

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 Vicente se adentró a la cueva iluminada solo por la luz de las velas, se puso de rodillas e imploró: Santa Muerte lo he intentado todo y tengo deseos de vivir te prometo llenar tu altar de flores por un año si me curas de esta terrible enfermedad.

 Él se fue retiro de la cueva con una esperanza vaga de que su petición fuera cumplida, al día siguiente se levantó sin dolencia alguna y con un semblante bastante renovado.

 Fue al doctor para una revisión ya que le habían diagnosticado poco tiempo de vida y para su sorpresa se encontraba curado, con gran alegría salió del hospital y su doctor quedó desconcertado, durante un mes llenó de flores el altar pero poco a poco dejó de ir a cumplir su promesa y después de una semana a las 3 de la mañana, tocaron a su puerta de manera enfurecida.

 Se asomó por la ventana pero no pudo ver a nadie, cada día las cosas se tornaban peores al acercarse la hora el hombre se inundaba de miedo y lloraba escondido en un rincón de la casa, los perros ladraban sin control despertando a todos los vecinos.

Marcela, su vecina lo vio por la barda uno de esos días y le dijo: ¿No has cumplido la promesa que le hiciste verdad? No, respondió.

 Vicente, termina tu compromiso y ella te dejara en paz, ya te dio lo que pediste, ahora tú da lo que prometiste.

 El hombre regresó a pedir perdón y cumplir con su promesa de llenar el altar de flores durante un año y ella nunca más lo molesto.

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