Cultura mestiza tiene potencia para ser identidad de Q. Roo

La idea es volverlo una característica de las sociedades portadoras de la cultura inmaterial.

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Lo importante es que la gente conozca a fondo la cultura del estado, con el fin de que se presente ante posibles visitantes. (Joel Zamora/SIPSE)
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Ángel Castilla/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- La cultura mestiza debe ser considerada turísticamente como identidad de Quintana Roo, para fomentar el arribo de turismo cultural, principalmente en el sur, donde se cuenta con importantes zonas arqueológicas.

Margarito Molina, antropólogo del Instituto de la Cultura y las Artes, dijo que es importante destacar todos los elementos culturales que la distinguen, que la hacen diferente a otros pueblos.

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Señaló que en la propuesta del mestizaje como oferta turística no hay que olvidar que la identidad se construye en el tiempo y en la práctica diaria; “la tarea es entonces saber quiénes somos y sistematizar cómo hemos interpretado y cómo nos hemos relacionado con el mundo para presentarnos ante posibles visitantes, también tener presente que el estado, diverso culturalmente por sus orígenes poblacionales, puede ofrecer una oportunidad de que la construcción de la identidad del mestizaje sea sobre esta diversidad cultural nuestra”.

“Nuestra cultura mestiza sí puede ser un producto turístico, más allá de aquel encuentro carnal de Gonzalo Guerrero y Zazil, del cual resultó un mestizaje biológico, han quedado una gama de culturas regionales distribuidas en la geografía nacional que integran la pluralidad y la diversidad cultural de este país”, dijo.

Precisó que lo importante es que en la elaboración de ese discurso, de ese producto turístico-cultural que es el mestizaje, se tenga presente articular bien la construcción del discurso del mestizaje como identidad, tomando en cuenta la historia y la cultura.

También colaborar estrechamente entre los fabricantes del producto turístico y los expertos, para evitar tergiversaciones o hacer de la cultura simplemente algo folclórico, concentrarse en que este producto sea aceptado y que permita la interacción con la cultura viva, con la sociedad productora; esto es sustentabilidad en el turismo cultural, y que en la elaboración del discurso y del producto, las sociedades portadoras de la cultura inmaterial participen.

Margarito Molina expresó que en este punto geográfico comenzó el mestizaje biológico que luego devino en cultural, y es una oportunidad el construir un buen discurso que integre la historia y las manifestaciones culturales de la región bajo esa envoltura del mestizaje. “Nosotros, los que nacimos o adoptamos esta cultura regional, podríamos contribuir en los productos turísticos culturales, podríamos colaborar todos, sin demagogia, con nuestras prácticas, creencias, saberes y manifestaciones culturales; los indígenas, los pioneros insulares, los de Payo Obispo y los que se han integrado culturalmente a Quintana Roo”, finalizó.

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