Monumento a 'La Madre', un homenaje al ser dador de vida

La escultura se encuentra en el parque de la avenida Efraín Aguilar número 404.

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Fue inaugurada en el gobierno del general Gabriel Guevara Orihuela, en el entonces Territorio de Quintana Roo. (Foto: Ángel Castilla/SIPSE).
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Ángel Castilla/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Ubicada en el parque construido especialmente para albergar la efigie, la obra construida en honor a La Madre, luce esplendorosa en vísperas de la celebración del único ser dador de vida, la mujer, cada 10 de mayo.

Obra del escultor Guillermo Castaño, la bella imagen, muestra a una madre sonriente y sentada, amamantando a su hijo con el pecho izquierdo completamente descubierto y sostenido con su mano derecha, con su hijo recostado en sus piernas, mientras que la mujer lo aguanta por la espalda con el brazo izquierdo.

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El parque se ubica en la avenida Efraín Aguilar número 404, al oeste de la ciudad, en el sitio, la figura está al centro, sobre una base de aproximadamente un metro y medio de alto y ancho, con una leyenda al frente en la que se lee: “Madre, tienes la frente pálida y tranquila de una santa. Mirada en tu pupila y en los labios la savia del amor. La que todo aporta por su niño. La que nos llena de inmortal cariño y nos da el corazón. Bendita madre que en afán prolijo. Dieron toda la vida por el hijo que fue su adoración. Crisanto Cuellar Albaroa”.

Lució bellamente por 41 años frente al Palacio de Gobierno de Chetumal y en 1984, por la remodelación que se realizó en esa zona, fue reubicada en un sitio al que se le denominó Parque a la Madre, en la avenida Efraín Aguilar, en la colonia Campestre. (Foto: Ángel Castilla/SIPSE).

Debido a lo solitario del parque, la efigie fue presa de actos vandálicos y en 2006 el niño fue mutilado en la parte de sus piernas y así permaneció por un buen tiempo.

Fue hasta 2014, cuando el deterioro que sufrieron las piernas del niño se restauró, gracias a una remodelación que se llevó a cabo en todo el parque y constata una placa que dice: “El presidente de los Estados Unidos Mexicanos, el gobernador del estado de Quintana Roo y el presidente municipal de Othón P. Blanco entregaron el Parque a la Madre que contribuye a construir un México próspero, con fecha del 31 de diciembre de 2014”; la imagen fue pintada de color bronce.

El parque no ha sido el único lugar que ha tenido al monumento, originalmente estuvo frente a Palacio de Gobierno, actualmente, la efigie lucha por ser tomada en cuenta y resurgir nuevamente como un sitio que albergue a muchos chetumaleños.

El lugar que actualmente alberga el monumento fue construido en 1984, en el sexenio de Pedro Joaquín Coldwell, como gobernador de Quintana Roo, especialmente para reubicar la imagen, tras el inicio de los trabajos de remodelación y que dieron paso a la Plaza de la Bandera, frente al Palacio de Gobierno, primer lugar en el que estuvo el monumento.

La imagen de la Madre con el cabello recogido y pies descalzos, refleja lo natural que resulta el hecho de alimentar con leche materna a los hijos, situación que en fechas recientes desató polémica entre ciertos grupos de la sociedad. (Foto: Ángel Castilla/SIPSE).

Anteriormente, la efigie a La Madre, construido e inaugurado en 1943, lució y engalanó por 41 años un área frente al Palacio de Gobierno de Chetumal que se le denominó “Parque a la Madre”.

Fue construido en el gobierno del general Gabriel Guevara Orihuela, en el entonces Territorio de Quintana Roo; cuentan las personas mayores que fue un símbolo muy venerado y una efigie que lució bella en ese lugar, a la que se le dio esmerada atención.

Durante esos años, la efigie de concreto estuvo de espaldas a la Bahía de Chetumal, sobre un pedestal de aproximadamente dos metros cuadrados, tanto el monumento como la base en color blanco.

Fabián Herrera Manzanilla, señaló que de acuerdo con crónicas de su señor padre, Ignacio Herrera Muñoz (+), Cronista de la Ciudad, el monumento causó admiración a propios y extraños y cada 10 de mayo quedaba tapizado de frescas flores que las manos de los niños depositaban después de un lúcido homenaje que ahí se realizaba.

 

“Madre, tienes la frente pálida y tranquila de una santa. Mirada en tu pupila y en los labios la savia del amor. La que todo aporta por su niño. La que nos llena de inmortal cariño y nos da el corazón…”. Fragmento: Crisanto Cuellar Albaroa. (Foto: Ángel Castilla/SIPSE).

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