Javier Ortíz/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Autoridades de la dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios, se encuentran llevando a cabo vigilancia estrecha de dos centros particulares de sacrificio de animales, ante la falta de un rastro en la cabecera municipal, con el propósito de garantizar que esos sitios cuenten con las condiciones de higiene y salubridad necesarias.

Ángel Sánchez Fernández, titular de dicha dependencia, señaló que ante la falta de un rastro en la ciudad de Bacalar, llevan a cabo supervisiones cada tres meses en sitios donde se sacrifican animales, para garantizar la salud de los consumidores.

De acuerdo con los carniceros de la cabecera municipal, sus ventas semanales oscilan en las dos toneladas de carne de puerco y más de una tonelada de carne de res, mientras que en las comunidades rurales estiman el sacrificio de 50 cerdos a la semana y la misma cantidad de reses al mes para consumo de los habitantes.

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Bertha Tavera Rosales, coordinadora de Salud Municipal, aseguró que ante la falta de capacidad financiera para contar con un rastro donde se le brinde tratamiento adecuado al sacrificio, manejo y manipulación de los animales que son expedidos para consumo humano, han implementado una serie de visitas a los lugares donde tienen conocimiento que son utilizados para sacrificio de aves, cerdos y reses.

Dijo que en esos lugares se supervisa que cuenten con las condiciones de higiene y que los animales cuenten con los sellos que garanticen que son animales sanos, aptos para el consumo humano.

Enfatizó que transportar los animales hasta el rastro de la ciudad de Chetumal, como lo han sugerido algunos comerciantes de este giro, significa costos que al final tendría que desembolsar la ciudadanía, por lo que se ha permitido que los carniceros acondicionen espacios propios para el sacrificio de los animales, los cuales, deberán cumplir con ciertas normas de higiene y salubridad.

El consumo de carne en la cabecera municipal se estima en alrededor de 20 cerdos de más de 100 kilogramos cada uno cada semana y dos reses de al menos 600 kilogramos por animal en el mismo lapso de tiempo, que van a parar a las mesas de los habitantes de esta ciudad.