Este viernes la Luna 'cambiará de color'

La próxima vez que se pueda observar fenómeno será hasta enero de 2018.

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En realidad la Luna no se tornará azul como tal, pero valdrá la pena observar el fenómeno porque se repetirá en tres años. (NASA)
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Agencias
LOS ANGELES, California.- Este 31 de julio podremos observar la llamada "Luna azul", pero no crea que el satélite cambiará de color, es un término que se usa para indicar la presencia de una segunda Luna llena en un mes.

De acuerdo con el portal de la NASA, julio contará con dos lunas llenas, una que ocurrió el jueves 2 y la otra que será este viernes 31.

Este espectáculo se debe a que existen diferencias en el calendario lunar, donde el mes dura 29.5 días, y el gregoriano, que dura entre 28 y 31 días.

¿Por qué no se observará azul?

Según Enrique Anzures, divulgador de la Sociedad Astronómica de México, la llamada "Luna azul" es producto de información deformada a lo largo de la historia, aunque si se han dado casos de lunas azules.

Estas son producidas por los efectos de partículas en la atmósfera y no por dos lunas llenas en un mes.

"Para que se vea azul debemos tener partículas pequeñas, como del tamaño de un micrómetro, que ayuda a que se disperse la luz. La 'Luna azul' sólo ocurre en erupciones volcánicas e incendios".

Aunque no cambie de color es recomendable que la observe, ya que la próxima "Luna azul" será hasta el 31 de enero de 2018.

Algo de historia

En 1883, por ejemplo, se vieron lunas azules casi todas las noches después que el volcán indonesio Krakatoa explotara con la fuerza de una bomba nuclear de 100 megatones. Penachos de ceniza se elevaron hasta la cima de la atmósfera de la Tierra y la Luna... ¡se volvió azul!

Eso se debió a las cenizas del volcán Krakatoa. Algunos de los penachos estaban llenos de partículas de 1 micra de ancho, lo que es prácticamente igual a la longitud de onda de la luz roja. Las partículas de este tamaño especial son ideales para dispersar la luz roja, mientras que permiten el paso de la luz azul. De esta manera, las nubes del Krakatoa actuaron como un filtro azul.

También se observaron lunas azuladas en 1983 después de la erupción del volcán El Chichón, en México. Y existen informes de lunas azules causadas por el monte Santa Helena, en 1980, y por el monte Pinatubo, en 1991.

Los incendios forestales pueden hacer el mismo truco. Un ejemplo famoso es el gigante incendio que tuvo lugar en las ciénagas de Alberta, Canadá, en septiembre del año 1953. Nubes de humo que contenían gotas de aceite de tamaño micrométrico produjeron soles de color lavanda y lunas azuladas que se extendieron desde América del Norte hasta Inglaterra. En esta época del año, los incendios forestales de verano a menudo producen humo con abundancia de partículas de tamaño micrométrico; eso es justo el tamaño correcto para hacer que la Luna se vuelva realmente azul.

También roja

Por otro lado, es posible que se torne roja. A menudo, cuando la Luna está muy baja, se ve roja por la misma razón que los atardeceres se ven rojos. La atmósfera está repleta de aerosoles mucho más pequeños que aquellos que inyectan los volcanes. Estos aerosoles dispersan la luz azul, dejando la luz roja atrás.

Por esta razón, son mucho más frecuentes las lunas azules rojas que las lunas azules azuladas.

(Con información de Nasa en Español y The Associated Press)

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