Tigres deja ir a una de sus ‘joyas’

Mandaron a Jesús Esteban Quiroz Ortiz, “El Pony”, a los Leones de Yucatán.

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Quiroz Ortiz, un talento natural que se desarrolla en su vida profesional. (Ángel Villegas/SIPSE)
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Ángel Villegas/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- ¡Tigres, lo dejaste ir! Por increíble que parezca, los felinos se deshicieron de Jesús Esteban Quiroz Ortiz, una de sus ‘joyas’ más preciadas, quien ya daba señales de auténtico crack en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), pero terminaron mandándolo a otra ‘guarida’, la de Leones de Yucatán, su acérrimo rival regional.

La realidad es que ‘El Pony’ ya forma parte de las ‘Grandes Ligas’, una vez que Medias Rojas de Boston hizo oficial su llegada.

Como muchos deportistas, Quiroz tiene una historia que contar. El pelotero originario de Ciudad Obregón, Sonora, con 25 años de edad, ya es toda una figura en la ‘pelota caliente nacional’.

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‘El Chapis’, como sus amigos lo llaman de cariño, jamás se imaginó el rumbo que tomaría su vida tras debutar en 2011 en el circuito veraniego, con los Tigres de Quintana Roo.

Su travesía inició ese año, en Torreón, Coahuila, durante el primer juego de la serie ante Vaqueros Laguna.

“Mi papá, desde chiquito me fue inculcando el deporte, pero más el béisbol porque a él le gusta mucho. Comencé a participar en torneos, así que gracias a Dios tuve el talento para jugarlo de forma profesional"

Quiroz ingresó como bateador emergente en sustitución de Eliseo Aldazaba, en la parte alta de la noventa tanda ante los envíos de Claudio Sánchez, conectando un sólido batazo al jardín izquierdo, el cual capturó Iván Araujo, en la pista de advertencia. Y a la defensiva, consumó el out tras capturar en la pradera derecha, un batazo elevado conectado por Manny del Campo.

Talento nato

Algunos ya nacen con un talento natural para desarrollarse en su vida profesional, y este es el caso de Esteban, quien por sus venas corre sangre beisbolera para jugarlo como nos tiene acostumbrados, con esas grandes atrapadas a la defensiva y batazos que han hecho vibrar a los aficionados.

“Mi papá, desde chiquito me fue inculcando el deporte, pero más el béisbol porque a él le gusta mucho. Comencé a participar en torneos, así que gracias a Dios tuve el talento para jugarlo de forma profesional.Tigres me dio seguimiento desde los 15, 16 años, nada más que mi papá no dejaba venirme a Cancún, porque quería que terminara la preparatoria. Ya de lleno comencé a jugar como a los 18 años en sucursales, fui a la Noroeste, luego vine a pretemporada, también estuve en la Liga Tabasqueña y en mayo de 2011 (a los 19) me subieron al primer equipo y me quedé hasta la Final”, explicó a este reportero cuando iniciaba su aventura en el llamado ‘Rey de los Deportes’.

A pesar de su juventud, está consciente que la fama puede ser un arma de doble filo en este momento tan importante de su carrera, en el que sobresale con los Tigres. Su fórmula para lograr las cosas, es muy sencilla y se llama humildad.

“La mejor forma de no marearse es tener los pies bien puestos en la tierra, saber de dónde vienes y estás parado. Siempre hay que tener humildad, seguir trabajando fuerte y nunca decir ‘hasta aquí llegué’, al contrario, ir por más.

El mensaje que les doy a los niños y jóvenes a los que les gusta el béisbol y comenzaron como yo, es que sigan luchando por sus sueños, nada es imposible, y para eso hay que entrenar duro, no desesperarse”, refiere el también ex integrante de novenas como Yaquis de Obregón y Venados de Mazatlán.

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