El Tri, una historia de colección de técnicos

A causa de su declive, ya van cuatro desde septiembre; irremediable comparación con el caso de Alemania.

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El "Piojo" Herrera tendrá que obrar milagros en muy poco tiempo para que el 'Tri' retome el rumbo. (Agencias)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- Alemania extendió hasta 2016 el contrato del técnico de su selección de fútbol, Joachim Loew, un pacto que asegura que el timonel completará, al menos, un ciclo de 10 años, dos mundiales y tres Eurocopas.

Loew fue contratado después del Mundial de 2006, cuando, como asistente de Juergen Klinsmann, ayudó a una precoz Mannschaft a terminar tercera en aquel torneo en suelo alemán. Una gesta que fue aplaudida como si se tratara del título, con festejos nacionales y sueños de una nueva era gloriosa.

En los siete años transcurridos desde entonces, el timonel desarrolló una de las generaciones más talentosas en la historia del fútbol alemán, que incluye a genios como Mesut Oezil, Bastian Schweinsteiger, Thomas Mueller y Philipp Lahm. Una selección que gusta, gana y golea.

¿Cuántos títulos ha conquistado esta máquina del buen fútbol bajo la conducción de Loew? Cero, según informa The Associated Press, perdió la final de la Eurocopa de 2008 ante España y fue eliminada en semifinales en el Mundial de 2010 y la Euro de 2012.

Imagine, entonces, que esto suceda en México. Loew hubiese sido despedido hace mucho tiempo, probablemente después de ese primer fracaso contra la Roja.

En una gran coincidencia -que desnuda tanto diferencias filosóficas como culturales- el mismo viernes que la federación alemana anunció la renovación de Loew hasta la Eurocopa de 2016, independientemente de lo que suceda en el Mundial del próximo año en Brasil, su contraparte mexicana presentará al cuarto entrenador de su selección en menos de un mes y medio.

Va cuarto DT

Sí, no leyó mal. México, el famoso "Tri", otrora temido gigante de la Concacaf, tendrá su cuarto timonel desde principios de septiembre, luego del cese el jueves de Víctor Manuel Vucetich, la más reciente víctima de un sistema con fallas de pies a cabeza que perdió la brújula hace bastante tiempo.

El agraciado (en el sentido más irónico posible) que toma las riendas de una maltrecha selección es Miguel Herrera. Al igual que Vucetich, se trata de otro respetado entrenador en el medio mexicano, campeón del último torneo local con el América, uno de los clubes más grandes del continente.

Lamentablemente, esos antecedentes no le servirán de mucho para rescatar un barco a la deriva, que se aferra a un repechaje contra Nueva Zelanda como último salvavidas para clasificarse a Brasil y no perderse su primera Copa del Mundo desde 1990.

Vucetich recibió el timón el 12 de septiembre, luego del despido de José Manuel de la Torre por los malos resultados en la eliminatoria de la Concacaf. Empates sin goles en su mítico Estadio Azteca contra Jamaica, Estados Unidos y Costa Rica alumbraron el sombrío camino, y el revés 2-1 contra Honduras -apenas la segunda derrota como local en la historia de las eliminatorias- fue el último clavo en el ataúd.

Luis Fernando Tena, asistente del "Chepo" y entrenador de la selección que ganó el oro olímpico el año pasado en Londres, quedó al mando de la fragata y duró apenas un partido, una derrota 2-0 en Estados Unidos. Entonces llegó Vucetich, el llamado "Rey Midas" del fútbol mexicano por sus éxitos a nivel de clubes, especialmente con el Monterrey.

La era Vucetich terminó después de un puñado de entrenamientos y dos encuentros -un triunfo 2-1 sobre Panamá el viernes pasado en el Azteca, y un revés por el mismo marcador el martes ante Costa Rica en San José. México terminó cuarto en el hexagonal regional, y se metió al repechaje no por mérito propio, sino por la ayuda providencial de su archirrival deportivo Estados Unidos, que le ganó 3-2 a los panameños.

"Soy el Rey Midas, no Dios", lanzó Vucetich al anunciar su despido.

¿"Piojo" milagroso?

Herrera tampoco es Dios, más bien su apodo es "Piojo", aunque probablemente tendrá que obrar milagros en muy poco tiempo. La lógica detrás de su contratación es que, para la serie de repechaje usaría como base a su plantel del América, monarca del pasado torneo Clausura y encaminado a una campaña histórica en el actual Apertura.

La federación anunció el viernes que el fichaje de Herrera y todo su cuerpo técnico es sólo por los dos partidos del repechaje y un amistoso a fines de noviembre, para luego evaluar si continúa a cargo o llega otro entrenador. En otras palabras, más de lo mismo.

"Desde luego que no es una situación ideal, a nadie le gusta estar cambiando de técnicos", señaló el presidente de la federación, Justino Campeán. "No se dieron los resultados, y cuando los resultados no se dan se tienen que tomar decisiones".

Al igual que Alemania, México también cuenta con una generación excelsa de futbolistas. Las coronaciones en los mundiales sub17 de 2005 y 2011, más el oro olímpico de 2012, anunciaban cosas grandes para un "Tri" que por mucho tiempo fue amo y señor de su región, pero que sólo en 1986, como país anfitrión, alcanzó los cuartos de final de una Copa del Mundo.

Javier Hernández, Giovani Dos Santos, Javier Aquino, Carlos Vela y Guillermo Ochoa, todos menores de 30 años y activos en clubes de Europa, apuntaban como los portaestandartes de un nuevo fútbol mexicano, despojado de complejos ante otros grandes, y capaz de ser protagonista en torneos de envergadura.

Ahora, estas figuras lucen rotas, candidatos al diván de un psiquiatra y en riesgo de desperdiciar sus mejores años con la selección.

"Chicharito" ya no sonríe

Qué mejor ejemplo que Hernández, el famoso "Chicharito" que se ganó el corazón de los hinchas de Manchester United con sus goles de todo tipo. Con la frente, con el hombro, con la rodilla. El jovial delantero parecía no poder equivocarse en sus primeros años con el legendario club inglés y con la selección, con la que conquistó la Copa de Oro de 2011, un torneo en el que fue el máximo artillero con siete dianas.

Bajo una enorme presión en México, y con la acumulación de resultados mediocres, Hernández perdió la sonrisa y se desajustó su mira. El viernes pasado erró un penal ante Panamá, que hubiese evitado el sufrimiento hasta que Raúl Jiménez salvó la noche con un gol de chilena en los minutos finales, y el martes en San José falló una oportunidad a tres metros de un arco vacío.

Incomprensible para un artillero que, a sus 25 años, ya es el tercer máximo goleador en la historia de la selección mexicana.

¿Qué le pasó a esta selección?

Imposible pensar que a estos futbolistas se les olvidó cómo jugar. Vela, con un destacado desempeño en la Real Sociedad, sencillamente se borró de las convocatorias, quizás avistando la tormenta en el horizonte. Dos Santos y Aquino han tenido una buena campaña con el Villarreal, y Ochoa es uno de los mejores arqueros de la liga francesa con el Ajaccio. Hernández perdió la titularidad en United, aunque casi siempre que juega, mete gol.

El problema parece radicar en la cabeza. Cuando las cosas no les salieron bien, especialmente como locales, la camiseta empezó a pesar una tonelada y los jugadores fueron perdiendo la confianza. Un entorno venenoso y los frecuentes cambios de entrenador sólo sirvieron para echar leña al fuego.

Cada técnico llega al banquillo con sus propias ideas, métodos de entrenamiento y planteamientos tácticos. Para un futbolista que se reúne con la selección unos cuantos días cada dos o tres meses, y que como todo deportista es criatura de hábito, es complicado asimilar este constante cambio de conceptos, más aún cuando en sus clubes juegan y entrenan de otra forma.

México tampoco tomó nota de la mejoría en el nivel de su competencia regional, y se le hecho difícil lidiar con esta realidad. Hace rato que Estados Unidos lo superó en organización y fútbol, y ahora es el mandamás de la Concacaf. Equipos como Costa Rica y Honduras son invitados frecuentes a los mundiales y entran a la cancha con la expectativa de ganarle al "Tri", mientras que el resto de la zona sencillamente le perdió el miedo a los mexicanos.

Quizás México supere a Nueva Zelanda en el repechaje de noviembre y se clasifique al Mundial de 2014. Los All Whites no son España, pero tampoco deben ser tomados a la ligera. Eso es lo de menos. Con el nivel que exhibe actualmente, el "Tri" iría a Brasil a hacer papelones y difícilmente superaría la primera ronda, y mucho menos llegaría al famoso quinto partido (cuartos de final) que piden la dirigencia local y la afición.

Intereses millonarios

Sin un proyecto serio, a largo plazo, con paciencia de los dirigentes y los poderosísimos intereses comerciales que rodean a la selección, se seguirán desperdiciando generaciones de futbolistas. Es secreto a voces en México que las televisoras, con los millones de dólares que tienen invertidos en el fútbol, mueven los hilos de la selección. Habrá que ver si los patrocinadores siguen poniendo su dinero en una camiseta verde que, al menos sobre la cancha, cada día está más devaluada.

Dando palos a ciegas, buscando tapar grietas con la mano y barriendo los problemas bajo la alfombra, la federación hunde cada vez más a un "Tri" que apuntaba para mucho más.

El ciclo del Mundial de Brasil parece perdido. Todavía están a tiempo para solucionar los problemas para la Copa del Mundo de 2018 en Rusia. Tal vez Loew esté disponible para entonces.

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