La voz que narró la muerte de Ricardo Rodríguez

El famoso narrador se ha convertido en una leyenda del deporte motor, con una trayectoria de casi 60 años en la disciplina.

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Rodolfo Sánchez Noya fue uno de los primeros narradores en dar a conocer la muerte del piloto mexicano Ricardo Rodríguez, en el Gran Premio de México, en 1962.(Rafael Alvarado/Milenio Digital)
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Milenio Digital
CIUDAD DE MÉXICO.- Con 82 años de edad y casi 60 de trayectoria como narrador de carreras, Rodolfo Sánchez Noya es una leyenda del automovilismo en México. Al micrófono, le tocó narrar momentos históricos como la muerte de uno de los hermanos Rodríguez en la pista.

Su inspiración para convertirse en maestro del automovilismo detrás del micrófono fue su padre, a quien veía correr en el óvalo de la colonia Balbuena.

"Desde muy chico me gustaba el automovilismo porque mi padre corría coches en el Autódromo de Balbuena, que es donde comienza el aeropuerto, ahí había un óvalo y uno entraba por una parte de abajo de la pista y a mí me emocionaba muchísimo ver los coches", dijo Sánchez Noya.

Recuerda que desde muy pequeño acompañaba a su padre, "(él) me preparaban una visera de cartón, de cartulina, y una liga; mi papá me decía 'siéntate aquí, no te me muevas para nada' y ahí lo veía dando vueltas en el autódromo y me gustó muchísimo". Ahí nació su pasión por los autos.

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A los 18 años, Sánchez Noya terminó la carrera de maestro de primaria para trabajar y así ayudarse a pagar la licenciatura en derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México.

"Yo estudié para profesor de escuela primaria, ganábamos 455 pesos mensuales, para mí era mucho, pues era muy chamaco. Terminé a los 18 años la carrera y con ello me ayudé a estudiar de abogado, yo pertenezco a la Facultad de Derecho y un día me dicen 'ya sabes que aquí en Copilco hay una pista de coches, a ti que te gustan', y fui a ver, porque yo no tenía coche, tenía una motoneta, venía desde la Nueva Santa María hasta la UNAM; voy a ver y sí había una pista de tierra. ¿Cuándo hay carrera? El domingo", recordó.

Fue durante su estancia en Ciudad Universitaria y sus visitas al óvalo cercano que conoció a dos grandes del automovilismo en México.

"De repente veo ahí a los hermanos Rodríguez, llegué y le dije ¡quiúbole! Tú eres Pedro, ¿verdad?, tú eres Ricardo, y comienzo a hacer plática, me comienzo a acercar un poquito más al automovilismo".

Poco a poco fue creciendo su interés por Ricardo y Pedro Rodríguez, "yo sabía que se iban a correr al extranjero y los buscaba en una estación de radio".

Oportunidad en radio

Sánchez Noya nunca había estado frente a un micrófono, pero quedó flechado con la radio en las aulas.

"Estaba en la clase de derecho penal cuando estoy buscando en la radio, escondido debajo del pupitre, cuando veo al maestro y me decomisa el radio; me quedé picado porque no hablan de los hermanos Rodríguez. Sin saber de radio, busco en la Sección Amarilla estaciones; 'oiga, ¿no tiene alguien que me pueda informar de los Hermanos Rodríguez?' Yo lo dije así porque me nació, para que después, en alguna estación, me dijeron que sí; cuando llegué me fue mal porque nunca me había enfrentado a un micrófono".

Después, "llegué a Radio 13 y conocí a Rodolfo Chaires, tenía un programa diario de 30 minutos; yo no podía y me dijo: 'lo tomas o te vas'". Contó que fue así como "empiezo con mi primera transmisión, que fue en Radio 13, voy a transmitir la carrera de Toluca, cuando me dicen 'ahí está el Presidente', porque era una carrera presidencial. Llegamos, y me toca entrevistar al licenciado Adolfo López Mateos, y llegó solo con su chofer, nada de guaruras; me abraza y me comienza a contestar, estaba emocionado, era la época de Enrique Guzmán, y es así como doy mi primer paso".

Tragedias

Ya en su etapa en Televisa, al periodista del deporte motor le tocó presenciar una de las pérdidas más importantes del automovilismo mexicano, el fallecimiento de Ricardo Rodríguez de la Vega.

"Se me da la oportunidad de meterme en Televisa y comencé a trabajar más, cuando viene el Gran Premio de México y, lamentablemente, me toca la muerte, con el micrófono narrando, cuando se habían acabado los primeros entrenamientos de 1962".

"Cuando estoy narrando veo que sube la peraltada, a la mitad baja el coche y hace un extraño, se estrella de frente, rebota, pega detrás, sale volando el cuerpo sobre el riel de contención, y todos los que estábamos de comentaristas no sabíamos qué hacer porque sabíamos que era Ricardo. Presentíamos que algo grave había pasado, cuando alguien pasa y me dice: 'Sánchez Noya, Ricardo se mató'. No tenía autorización para decirlo, eso lo tenían que decir los médicos; entonces, tuve que esperar el reporte oficial", contó.

Más allá de la amistad con los hermanos Rodríguez, dijo, "era una relación de periodista con el piloto, había ese acercamiento; entonces comienzo a tener patrocinador que pagaba los viajes".

El trabajo lo llevó a diferentes lugares de Europa y a convivir estrechamente con Pedro Rodríguez durante nueve años, pues "éramos los dos únicos mexicanos en Reims, Francia. Cuando Pedro me dice: 'Sánchez Noya, ¿de verdad nos están escuchando en México? Pues sólo estamos los dos solos, de loquitos'; y yo, 'no sabes las miles de gentes que nos escuchan'".

Continuó: "Así fue pasando el tiempo, me tocó transmitir los Grandes Premios de México. Yo iba y venía de Europa en una semana, porque tenía que hacer programa de televisión. Estábamos en Le Mans, Francia, cuando llegan a contratarlo (a Pedro) en Austria, me despido y lamentablemente es cuando se mata en Alemania".

Después del fallecimiento del piloto tricolor, Sánchez Noya pensó en el retiro, pero fue cuando recordó que Pedro superó la muerte de su hermano (Ricardo) y continuó en la Fórmula Uno. Y fue cuando se dijo "puedo superarlo, porque cada vez que ruge un motor me emociona".

El 'Gran Circo' se vistió de luto nuevamente con la muerte de "(Ayrton) Senna, donde se le clava un eje en la ceja derecha, que es lo que lo mata, era ver cómo iban muriendo los pilotos, era muy difícil para mí, es una sensación de impotencia, no te puedes quedar atorado".

No todo es tristeza

Rodolfo también recordó pasajes divertidos y un tanto bochornosos.

"Me acuerdo que estaba en los pits, estaba el presidente López Mateos y le digo al operador 'vamos a entrevistar al Presidente'. Me dicen tenga cuidado para no interrumpir al Presidente, y les digo 'yo lo conozco'. Me acerco y se me atora un cable del micrófono en la llanta de un coche de Fórmula 1, yo lo jalaba con una mano, pero el señor Presidente se regresó", dijo cubriéndose la cara con las manos.

Entre estas historias está su visita al Gran Premio de Abu Dhabi hace un par de años, donde conoció al ahora rey emérito Juan Carlos de España; "de repente sale y le digo: soy Sánchez Noya de México, siguiendo a 'Checo' Pérez y Fernando Alonso; el rey me vio y caminó hacia a mí. Me da la mano, lo saludo y platico con él. Y al último le pido una foto, le digo a los guaruras; se voltea el rey y les dice toma la foto. Fue sensacional. Pero por protocolo ellos no hacen caso más que al rey, son cosas fantásticas".

Paso como jefe de prensa

Sánchez Noya no sólo se dedicó al automovilismo, también estuvo al mando del área de prensa de la Federación Mexicana de Futbol.

"Fui secretario de prensa de la FMF; tuve trabajo en Italia, en Francia. En 1986 fui el director de prensa del Gran Premio de México en su segunda etapa", comentó.

Modernidad y nostalgia

La Fórmula 1 evolucionó y la brecha en tres etapas, para Noya, es evidente; sin embargo, la esencia del deporte motor es precisamente la polémica generacional.

"En la segunda etapa ya era un poco más comercial; ahora ya hay mucho dinero. Esas etapas ya llegaron al cuestionamiento del piloto; ¿es un robot porque sólo recibe órdenes? Ahora sólo aprieta botones; antes tenías que bajar la velocidad, cambiar la velocidad; si tú te equivocabas, volabas los engranes, hoy tienen una tecnología muy grande.

"¿Los pilotos siguen siendo robots o no? ¿Hay grandes diferencias? Sí, porque hay muchos elementos que te permiten tener mejor rendimiento; no porque el piloto está sujeto a instrucciones. Los que vivíamos en esa época no alcanzamos a entender cómo se corre antes y viceversa", precisó.

Amor eterno a la vista

Periodista de tiempo completo, Sánchez Noya jamás olvidó su pasión y mucho menos dejó su afición atrás; incluso, "me dediqué a organizar arrancones en el autódromo para que no lo hicieran en las calles, para que fuera un deporte y no un peligro. Traje a Evel Knievel (famosos acróbata estadunidenses de motocicleta), pero siempre pensado en el deporte. Tengo un récord en motocicleta en el Autódromo.

"Competí en España, en Estados Unidos; Guatemala. No fui reconocido piloto pero calmaba mis ansias. He tenido muchas experiencias. Estoy metido totalmente en este medio".

Periodista hasta el final

Noya, aunque no tendrá participación en la carrera del próximo domingo en algún cargo, estará en la pelea en la nota como en sus inicios. La gasolina de su pasión, que incluso lo llevó a la pantalla grande.

"Soy un periodista que estará en la trinchera asistiendo al Gran Premio de México. Oigo un motor y me revive, me emociona, ya no soy tan joven, pero aún le estamos echando ganas.

"Tengo cinco películas, creo que la vida me ha dado la oportunidad de hacer muchas cosas, me gusta hablar", dijo quien es voz autorizada del automovilismo mexicano y que no podía dejar de lado a Sergio Pérez y Esteban Gutiérrez, representantes nacionales en la F1 actual.

"Creo que es la mejor época de pilotos mexicanos. Esteban no ha tenido la suerte necesaria, pero ahí está", y aquí está una voz que aún tiene mucho eco por dar.

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