Rubi Velázquez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La necesidad de que las nuevas generaciones tengan a su alcance el deporte para mantener ocupada su mente y no caer en vicios, excesos o peligros, ha impulsado a la familia Castro, que durante más de una década ha enseñado el boxeo a los niños.

Celestino Castro, ex boxeador profesional, tras muchos años dedicado a practicar y capacitar en el deporte a pequeños en situación de calle, dejó la estafeta de entrenamiento infantil a su hija Ángeles Castro Olivares.

Siendo entrenadora certificada, retoma hace un par de años el objetivo principal de su padre, brindar por medio del box, una mejor opción para que los menores disfruten de su tiempo y se alejen de la ociosidad y otras situaciones que terminan poniendo en peligro su vida.

Pese a que siempre estuvo rodeada de un ambiente deportivo, fue hasta los 17 años cuando Ángeles comenzó a pensar en el deporte como parte directa de su vida al ver que sus hermanos menores Rubi y Celex, seguían exitosamente los pasos de su padre.

“No se puede hablar de un costo por clase”, ya que afirmó que cada caso es diferente en cuanto a la necesidad de la familia, en caso de que los pequeños no tuvieran posibilidades, eso no es problema y que lo primordial es enseñarles boxeo y repercutir de manera positiva en sus vidas a partir del deporte.

Ejemplo de esto es Julio, de nueve años, quien según comentarios de su madre, Antonia Hernández Poot, durante los cuatro meses que practicó el deporte en la Región 95, frente a Soriana de la avenida Nichupté, mejoró considerablemente su aprovechamiento escolar.

Eso se debió a que la hiperactividad que lo caracterizaba y que lo hacía distraerse en clase, disminuyó y se convirtieron las buenas calificaciones en requisito para continuar practicando el deporte, manteniendo su mente ocupada.