Agencias
CIUDAD DE MÉXICO.- Quienes habitan en la periferia del Estadio Azul dividen opiniones en torno a la salida de Cruz Azul del inmueble y su punto de vista no solo depende del aspecto económico, sino de la idea de vivir tranquilos y en paz en su rumbo. Además, la mayoría tiene entendido que después habrá un centro comercial que cambiará el ambiente y las ganancias podrían mejorar, informa ESPN en su portal web.

Dentro de un año (al término del Clausura 2018), la Máquina se mudará al Azteca y el futbol sabatino de cada 15 días, de 17 a 19 horas, desaparecerá de la colonia Nochebuena después de un poco más de dos décadas. Esto a muchos les tienen sin cuidado y algunos más hasta lo aplauden, pues dejarán de escuchar “alboroto en la calle y a veces afuera de mi casa”.

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Existen infinidad de comercios en los alrededores del Azul, pero no todos se benefician de lo que acarrea el futbol; los que venden algún tipo de alimentos mejoran sus ventas ese sábado de futbol, aunque en algunas ocasiones a cambio de sufrir perjuicio en su local por los aficionados que ingieren bebidas alcohólicas u otra sustancia.

“Cada vez que juega Cruz azul cierro la papelería -Holbein- por tanto alboroto que se arma. Para mí no tiene ningún impacto que se vaya el equipo. Por seguridad no puedo decir más”, comentó la propietaria del negocio.

“Cuando hay juego se elevan las ventas en un 20%; eso no nos tiene tan a gusto porque suele pasar que es a cambio de ver relajos en la banqueta y a veces salimos peor con algo que rompan”, señala un trabajador del restaurante Las Cebollas. Señala que no les conviene que emigre el conjunto que ahora dirige el español Francisco Jémez, pero ya así las cosas “la esperanza es que el centro comercial que dicen habrá ahí jalará más gente”. Casi junto está la Parrilla Argentina y su opinión toma otro camino. “Pasan dos cosas: la gente deja de venir porque el equipo anda mal o dependiendo del rival que tenga Cruz azul. Chivas, América, Tigres, Pumas, sí jalan gente; Chiapas no y en otros tiempos Atlante y Necaxa aunque son chicos han dejado huella y vienen aficionados a comer”.