César Muñoz/SIPSE

CANCÚN, Q.Roo.- El calor de la noche tropical hacía sudar a Johnny Rzeznyk. Aún no empezaba el concierto programado para las 21:30 del tercer viernes  de octubre y el vocalista de la banda Goo Goo Dolls ya era presa del clima húmedo de Cancún. 

 

En una carpa sobre la arena suave de la playa contigua al Hard Rock Hotel Cancún los invitados, varios de ellos con la pulsera insignia VIP, verde clara, deambulan entre mesas, edecanes, meseros y fotógrafos. Están a pocos metros del escenario en el que Rzeznyk comienza a cantar. Algunos no interrumpen su plática a pesar de los acordes de "All that you are".

 

Para llegar a la carpa, hay que sortear un tramo de arena. Varias mujeres, con vestidos entallados, cortos, calzan zapatos de tacón largo; se aventuran a caminar sobre la arena con ellos; otras, las más jóvenes, se los quitan. Todas van hacia la carpa y se pierden en la multitud, mientras la banda toca "Home".

 

Al frente del escenario, varias manos se levantan, la mayoría con smartphones, pocas con tablets; todas quieren atrapar la mejor imagen, la constancia de haber estado frente a una de las bandas ochenteras poco representativa para los roqueros de vitrina, pero muy significativa para los amantes de la corriente alternativa. 

 

Para la noche de viernes en la que Rzeznyk suda copiosamente sobre el escenario, y el bajista Robby Takac obliga al trío de músicos a realizar un paréntesis para hablarle a sus fans y decirles lo impresionado y contento que se siente de estar en las paradisiacas playas de Cancún, en Búfalo Nueva York, de donde es originaria la banda y en donde viven sus integrantes, la temperatura es de 14 grados mientras que en Cancún, de 26 grados. Los 12 grados de diferencia hacen que Rzeznyk se deshidrate y tome bastante agua embotellada.

 

"Now I hear, Slide" y varias canciones de Goo Goo Dolls, de ese concierto con el que Hard Rock Hotel Cancún hizo su "Grand Opening", siguieron hasta que llegó "Iris", la canción que el inconsciente colectivo reunido en la arena entonó y cantó con la banda. La batería de Mike Malinin fue discreta, dominada por la guitarra  y el bajo de Rzeznyk y Takac. Ese fue el epílogo de un concierto íntimo con el que la organización Hard Rock en alianza con la familia Chapur, hotelera de tradición, presentó al segundo hotel de la franquicia en México.   

 

Después del concierto  hubo un after party, en el salón Rock and Roll del hotel. Del concierto quedaron vasos vacíos sobre las mesas, y algunas invitaciones sobre la arena, que aún conservaban el negro y oro corporativo del Hard Rock, y dos fotografías impresas en ellas: la portada del disco sencillo de la banda: "Home", y la imagen de la entrada del hotel que en su página de internet asegura que "vivir como una estrella de rock significa nunca estar lejos de la acción".

 

(Edición: Elvira Espinosa)