Cecilia Ricárdez/SISPE
MÉRIDA, Yuc.- El evento Noche Romántica del Museo de la Canción Yucateca, se engalanó con el homenaje a Cacho Medina, el cual incluyó la develación de su óleo para la galería de creadores del recinto.

El programa incluyó participación de exponentes de la estirpe de los Medina, cuna talentos en la música, la composición y las artes escéncias.

En este tributo, ayer miércoles, cantaron la gran María Medina, quien vino exclusivamente a celebrar a su hermano, su hijo Cacho Medina Jr., Mónica Medina, Humberto Góngora Medina, Maricela Vargas de Góngora, Humberto Góngora Vargas y el trío de abolengo “Los Tres Yucatecos”.

Y para cerrar con broche de oro se sumaron en un coro monumental interpretando al unísono “Golondrinas Yucatecas”.

Elena Fernández de Espinosa, presidenta del museo, fue la encargada de la conducción del evento, el cual inició con la presentación del retrato al óleo del homenajeado, pintado por Alonso Gutiérrez.

El cuadro se colocó en la galería de artistas del sitio, al lado de su colega y amigo Armando Manzanero.

En el acto participaron Cacho Medina, su esposa Regina Eugenia Rincón Esperón, sus hijos Carlos Manuel, Joaquín y María Eugenia, así como el músico Mario Esquivel coordinador de Alianza Cultural y la vicepresidenta del recinto cultural, Ligia Lara de Vázquez.

El historiador y amigo de los Medina, Raúl Alcalá Erosa fue el encargado de exponer la semblanza de Cacho, en la que destacó sus incursiones en importantes tríos, incluso un dueto con Armando Manzanero y hasta un cuarteto que participó en un concurso internacional para un programa de televisión en Nueva York.

Para recordar aquellas épocas proyectaron videos de su interpretación con el grupo “Yucatecan cuarteto” y de otros momentos de la carrera del homenajeado.

En la lectura mencionaron a Ofelia Medina, la actriz de teatro, cine y televisión, también integrante de la estipe yucateca.

Uno de los momentos emotivos fue cuando Cacho y su hijo compartieron el escenario y recibieron el nutrido aplauso de los cientos de espectadores, pero la emoción se elevó cuando María Medina cantó dos temas, e invitó al maestro Mario Esquivel que la acompañara en el piano para entonar una tercera canción ante la petición del público que exclamaba ¡otra!,¡otra!

Como una velada inolvidable y maravillosa calificó la concurrencia este tributo en vida que se organizó al líder de una familia en la que fluye el talento por sus venas para aportar a la vida cultural de Yucatán, México y el mundo.