Ciegos hacen teatro para que vean lo que ellos sienten

Teatro Ciego es de origen, un grupo de actores ciegos que buscan introducir al vidente en las sensaciones que provoca la falta de visión.

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En los montajes de dicha compañía, las imágenes, el paisaje y las características de los personajes no ocurren explícitamente en el escenario sino en la imaginación del espectador. (excelsior.com)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- La oscuridad, en la mente del ser humano, se convierte en una especie de lienzo para construir personajes y atmósferas a través de la imaginación, y su aparente vacío en realidad da la posibilidad de crear mundos a partir de estímulos sonoros  o táctiles. En la penumbra, pues, el tacto, olfato y oído se agudizan frente a la situación de vulnerabilidad.

Sobre este lienzo negro e intangible ocurren los relatos escénicos de la compañía Teatro Ciego, donde las imágenes, el paisaje y las características de los personajes no ocurren explícitamente en el escenario sino en la imaginación del espectador, quien materializa en su mente la historia a partir de las voces, los olores y los objetos a su alcance.

Se trata, señala Juan Carlos Saavedra, director de la compañía fundada en 2007, de colocar al espectador en una situación de vulnerabilidad para experimentar el teatro en su totalidad, no sólo a través de la vista como sucede con montajes tradicionales, sino literal con todos los sentidos una vez que no hay luz en la sala.

El teatro ciego ahora se le conoce como teatro en la oscuridad, y es una manera de hacer teatro donde la base principal es la palabra y la sonorización. Mucha gente lo compara con una radionovela  o un sensorama, porque sustituimos la vista con elementos como la música, o efectos de audio”, apunta Saavedra.

Hecho por ciegos, para personas con vista

Si bien otras compañías han experimentado con la oscuridad en el escenario, Teatro Ciego es de origen un grupo de actores ciegos que buscan introducir al espectador vidente en las sensaciones que provoca la falta de visión. No en un sentido de alcanzar un estado de melancolía, sino como un simple experimento de actuar sin luz.

El teatro siempre debe ser una experiencia, y lo que nosotros hacemos es poner en una situación de vulnerabilidad al espectador y a partir de ahí integrarlo a la escena, generar una situación más participativa. En la experiencia del teatro tradicional se apuesta por un discurso visual y se ocupan de herramientas como la gesticulación; aquí nosotros vamos a la inversa, nos enfocamos en lo intangible”, refiere en entrevista cuya compañía es la primera en México en hacer teatro a oscuras.

La compañía tiene los espectáculos Bajo el puente, montaje realizado por actores ciegos y débiles visuales; De sueños rotos, proyecto beneficiario por el programa Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales del Fonca 2011. Actualmente presenta en el Foro Shakespeare Unplugged en la oscuridad, y a finales de año estrenará su primera obra para niños titulada El inventor ciego.

Una caja negra

El director de escena explica que si bien se informa desde la entrada al espectador que se enfrentará a la oscuridad, no hay un proceso de preparación físico o sicológico previo a la obra. Únicamente se le da algunas pistas del escenario con una luz tenue que se apaga de manera paulatina hasta quedar, una vez que inició la obra, como una caja negra.

Mientras el teatro tradicional se apoya en la iluminación, la utilería, el telón de fondo para ubicar al público en la situación de la obra, el teatro a oscuras apela a instrumentos musicales, a efectos de sonido y hasta a aromas. El organismo humano, asegura Saavedra, es absolutamente capaz de identificar personajes, momentos e incluso lugares sólo con pequeños referentes.

Cuando la gente se relaja y adapta a la oscuridad, entonces atiende cada detalle de la narración y sus sentidos identifican quién está caminando, a dónde va, si se abre una puerta diferente a otra. Por ejemplo, en nuestro montaje Unplugged sucede en un departamento y el público puede saber si la puerta que se abrió fue de la cocina, el baño o una recámara”, apunta quien estudió actuación en el Centre for Indigenous Theatre, en Toronto.

Para ello, añade, se trabaja como si se tratara de una radionovela, y se sonoriza todo el ambiente: las manijas de una puerta, una cafetera, la regadera, una mesa, los murmullos hasta, en cierta medida, el pensamiento del personaje. “Lo que en una escenificación visual queda implícito, en la oscuridad debe materializarse”.

Como en el teatro tradicional, el proceso de montaje parte del texto y de un ejercicio de asimilación de los actores y sus personajes. Saavedra explica que en algunos montajes han trabajado con personas videntes, y a ellos se les enseña primero a moverse sin visión, a sentir la oscuridad.

Ellos no tienen referencias de los gestos que hacemos, los guiños, que son herramientas que los actores que sí ven están muy acostumbrados a usar; aquí hay que despojarse de todo eso para ocupar sólo la palabra y la sonorización de nuestro cuerpo”, acota al precisar que sólo en Argentina existe otra compañía de teatro ciego.

Reflexión sobre las personas ciegas

Aunque cualquier guión podría realizarse con esta técnica, la compañía crea sus propias historias que, por un lado, propongan una reflexión sobre la condición social de la ceguera en el país, y, por otro, aborden temas generales como la soledad, la depresión o el abandono que en cierto sentido se vinculan con el concepto de oscuridad.

Al final, Saavedra lamenta que sus montajes sean excluyentes en el sentido de que una persona con problemas auditivos no podría apreciar sus producciones. “Somos una compañía en la que no nos dedicamos hacer proyectos exclusivos para personas con discapacidad sino a toda la sociedad, todo tipo de público, pero obviamente nuestros montajes terminan siendo limitantes”, concluye.

¿Dónde y cuándo? 

Unplugged en la oscuridad se presenta todos los miércoles a las 20:30 horas hasta el 26 de agosto, en el Foro Shakespeare (Zamora 7, Condesa) Entrada 200 pesos.

(Con información de excelsior.com.mx)

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