La enfermiza y destructiva relación de Frida Kahlo y Diego Rivera

En sus cartas siempre se profesaron amor, pero él traicionó a la pintora de la peor manera posible.

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Diego Rivera y Frida Kahlo, son dos personajes asociados a México, al arte y sobre todo, al amor. (Foto: de10.com.mx)
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CIUDAD DE MÉXICO.- Diego Rivera y Frida Kahlo, son dos personajes asociados a México, al arte y sobre todo, al amor. Pero aunque a simple vista pareciera que vivieron un romance envidiable, la realidad fue muy distinta. Aunque eran los esposos pintores más populares de México, su relación estaba muy lejos de la perfección, es más, nos atreveríamos a decir que era tóxica, enfermiza y muy destructiva.

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Las razones pueden ser variadas, pero las múltiples infidelidades de Rivera (y de Frida también) fueron cruciales para que esta historia de amor no terminara nada bien.

Rivera tenía un largo historial amoroso en el que se incluía a las pintoras rusas Angelina Petrovna, con quien se casó y tuvo un hijo que murió al poco tiempo de nacido; y con Marevna Vorobe-Stebelska, con quien tuvo una hija.

Frida, quien nació el 6 de julio de 1907, escucha hablar por primera vez de Diego en 1922, cuando él estaba pintando en el auditorio de la Escuela Nacional Preparatoria en la que ella estudiaba. Para ese entonces él tenía 36 años y ella 15.

A finales de ese año, Diego se casa por segunda ocasión. Durante su matrimonio con Guadalupe Marín tuvo dos hijas: Lupe y Ruth. Sin embargo, como en la mayoría de sus relaciones, el gusto les duró muy poco.

Tres años después de su primer acercamiento con el muralista mexicano, Frida sufrió un aparatoso accidente en un tranvía que la dejó postrada en una cama y prácticamente paralizada. Tuvo varias costillas rotas, así como lesiones en la pelvis y un pie. Pasó por más de 30 cirugías, pero nunca se recuperó por completo. Fue entonces cuando comenzó a pintar.

Era el tercer matrimonio de Rivera, quien ya tenía 43 años y Frida apenas 22. Pero su unión causaba sorpresa, al ver a la frágil mujer, enamorada de un hombre maduro y enorme en todos los sentidos, pues pesaba más de 120 kilos. Aún así, ella logró que el pintor abandonara sus constantes amoríos, al menos por un tiempo.

La pintora mexicana se obsesionó con la idea de tener un hijo, a pesar de las secuelas que le dejó el accidente en tranvía. En 1932 se embarazó, pero tuvo que abortar, pues el feto ponía en riesgo su vida. Aunque lo intentó en posteriores ocasiones, finalmente se convenció de que nunca se convertiría en madre.

Pero más tarde, Diego cometió el peor de los engaños hacia su esposa: sostenía una relación con Cristina Kahlo, sí, ¡la hermana de Frida! Esto derrumbó a la pintora y la sumió en una profunda depresión, pues ya había tolerado varias infidelidades, pero ésto era el colmo. A partir de entonces decidieron seguir juntos, pero en una relación abierta en la que ambos podían tener otras parejas.

En 1937, León Trotski llegó a México, huyendo de Rusia. Diego lo admiraba por lo que gestionó ayuda para que se estableciera en México. Y fue entonces que, tal vez por venganza, Frida inició una relación amorosa con el soviético.

En 1939 el matrimonio entre Rivera y Kahlo naufragó por lo que acordaron divorciarse, pero jamás perdieron contacto. No podían estar juntos, pero tampoco podían vivir el uno sin el otro.

Una vez separados ella le escribió: “lo único que te pido es que no me engañes en nada, ya no hay razón, escríbeme cada vez que puedas, procura no trabajar demasiado ahora que comiences el fresco, cuídate muchísimo tus ojitos, no vivas solito para que haya alguien que te cuide, y hagas lo que hagas, pase lo que pase, siempre te adorará tu Frida”.

Cuando la salud de la pintora estaba en su punto crítico, Diego le propuso matrimonio de nuevo y ella aceptó con algunas condiciones: que vivirían en casas separadas y no tendrían intimidad. Se casaron de nuevo el 8 de diciembre de 1940, en el cumpleaños de Diego.

Permanecieron juntos hasta la muerte de la pintora, el 13 de julio de 1954. Diego señaló: “yo me he dado cuenta que lo más maravilloso que me ha pasado en la vida, ha sido mi amor por Frida”. Sin embargo, no supo cómo amarla.

En 1955, Diego se casó por cuarta ocasión, con Emma Hurtado, a la que también le fue infiel. El muralista murió el 24 de noviembre de 1957 en la Ciudad de México.

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