Famoso cuadro del Greco que resultó no ser un Greco

'La dama del armiño', una de las más conocidas pinturas del Greco sería de un pintor español del siglo XIX, según investigador.

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La autoría de "La dama del armiño" podría saberse mediante los análisis pertinentes que el museo de Glasgow, propietario de la pintura, se niega a realizar. (ANSA)
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Agencias
MADRID, España.- "La dama del armiño", uno de los cuadros que se expondrán este año en España con motivo del cuarto centenario de la muerte de El Greco, es en realidad obra de un pintor del siglo XIX, según una investigación a la que tuvo acceso ANSA.

El Greco (1541-1614) empezó a ganar fama internacional precisamente con esta obra, que, según Antonio García, periodista investigador, es de un artista romántico español de segunda fila del siglo XIX.

La modelo del cuadro, según la investigación de García, recrea la vieja leyenda medieval de la judía de Toledo.

Este es el origen de la confusión, pues El Greco vivió en el barrio judío de Toledo y tuvo relaciones con una mujer descendiente de judíos. El cuadro pertenece a un museo de Glasgow, que, según apunta García, no quiere realizar un análisis radiológico y técnico del cuadro porque por razones de prestigio prefiere que se siga pensando en que posee un "Greco".

Fernando Marías, el comisario de la exposición de "El Greco" que se inaugurará en marzo en Toledo, encuentra "muy verosímil" la investigación de García, aunque apunta la necesidad de corroborarlo a través de los análisis que el museo de Glasgow se niega a realizar.

Debe exponerse... con una explicación

"Me sorprende que todavía haya expertos que lo sigan atribuyendo a El Greco. Está a años luz de su estilo", dice a ANSA García, quien defiende que el cuadro "debe exponerse en Toledo porque es una verdadera obra de arte, pero con una explicación".

García pide también al museo de Glasgow que realice las pruebas.

Este año se podrán ver en España un centenar de obras de El Greco que llegarán procedentes de museos de todo el mundo.

Durante los dos años de investigación García observó miles de retratos entre los siglos XVI y XIX y ahora se muestra "convencido" de su conclusión, y subraya que "hay una diferencia de 300 años" entre El Greco y el autor de la obra.

Conocida como "La hija del  Greco"

"La dama del armiño" se consideró obra de El Greco porque cuando fue colgada en el Museo del Louvre en 1838 figuraba en el catálogo de la exposición con el título "La fille du Greco" (La hija del Greco).

Fue la primera vez que se veía el cuadro y que cautivó a los parisinos, entre ellos al poeta Baudelaire, que iba al museo sólo para contemplarla. La obra había sido adquirida en España junto con cerca de 450 pinturas por el barón Taylor, a quien Luis Felipe, el último rey de Francia, había encargado la compra de pintura romántica española.

En los últimos 30 años los expertos han atribuido el cuadro a otros pintores del siglo XIV.

María Kusche lo ha atribuido a Anguissola, pintora italiana que vivió en la corte de Felipe II, y según ella la modelo del cuadro sería Catalina Micalea, la segunda hija del rey.

Pero hay retratos de esta hija del rey hechos por otros pintores en los que la modelo no se parece.

García sostiene en su investigación que "los colores cálidos y el perfecto modelado de las facciones con que está hecho el retrato de la enigmática dama no tienen nada que ver con el estilo del Greco, pero -añade- la pista más sólida para descartar su autoría y la de cualquier otro pintor de los siglos XVI y XVII es el puño rizado de lechuguilla que adorna la única mano que vemos". Con su color marrón-amarillo, que representa un encaje de hilo de oro, el pintor quiso dar la idea de que se trata de una dama de alta posición social, pero en esos siglos no existe ni un solo retrato en que una mujer o un hombre lleven un puño de ese color pues todos eran blancos.

Detalles contradictorios

"Estos detalles contradictorios de la indumentaria y la minuciosidad del retrato, que parece una fotografía, es lo que lleva a la sospecha de que estamos ante una obra del siglo XIX, porque fue en esta época cuando se puso de moda en la pintura el género de Historia", señala García. Además, el cuadro apareció en la década de 1830, justo cuando se representaba en España la tragedia "La judía de Toledo", basada en una leyenda medieval del siglo XIII según la cual el rey castellano Alfonso VIII se enamoró de una bella judía de Toledo y se olvidó de su esposa, la reina Leonor.

El rey llegó a sentar en el trono a Raquel, la judía.

García afirma que "La dama del armiño" va vestida con tanto lujo porque se trata de una actriz que representaba a la reina judía de Toledo.

"La dama del armiño" llevó el título primero de "La fille du Greco" porque el autor se inspiró en parte en un cuadro firmado por El Greco, la conocida como Dama o señora con una flor en el pelo, un retrato de su hija política Alfonsa de los Morales. El barón Taylor compró la obra en 1836 al pintor y marchante de arte Serafín García de la Huerta, nieto de Vicente García de la Huerta, autor dramático que puso de moda la leyenda de la judía de Toledo a finales del siglo XVIII.

Serafín vendió el cuadro al representante del rey francés haciéndolo pasar por un auténtico del Greco. García concluye que "o bien Serafín García de la Huerta pintó el cuadro o bien lo pintó alguno de los artistas del primer tercio del siglo XIX que trabajaron para él, entre ellos Rosario Weiss, la ahijada de Goya, o el primer restaurador que tuvo el Museo del Prado, José Bueno". 

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