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LONDRES.- Sonrisas, viajes por todo el mundo, conciertos, fiestas... Muchos pensarían que este es el estilo de vida perfecto, sin embargo, cuando eres tan joven y tienes la presión de mantener tu estatus como estrella del pop, la factura sale cara. One Direction es un ejemplo del efecto contrario al éxito. Zayn Malik lo ha dicho sin miedos y ahora, Liam Payne.

"No era feliz", afirmó Liam entrevista con el Telegraph al describir su rutina en aquellos locos años de gira con la boy band, donde la constante era la fiesta, no comer adecuadamente y dormir poco, informa E Latinoamérica.

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"Pasé por una etapa de consumo de alcohol que a veces te lleva a ir más lejos. Todos han sido ese tipo en la fiesta, donde eres el único que se divierte. En muchos momentos ese tipo era yo", relata. Esto no sólo impactó en su físico, también en su salud mental. 

"No podíamos ir a ningún lado. Todo era del concierto al hotel, del concierto al hotel. Y no podías dormir porque ellos estaban aún afuera (refiriéndose a los fans). La gente que ha hablado sobre la salud mental en la industria de la música... Es un gran problema. A veces necesitas un poco de sol o caminar", reconoce.

En su momento Zayn tocó este tema. En su autobiografía, el cantante reconoció que sufrió de trastornos alimenticios y que esa fue una manera de tener cierto control en su vida.

"No sentía que tuviera el control de nada en mi vida, pero la comida era algo que sí podía controlar, así que lo hice. He perdido mucho peso y enfermado. La carga de trabajo y el ritmo de vida, junto a las presiones y tensiones de todo lo que sucedía dentro de la banda, habían afectado gravemente mis hábitos alimenticios”.