Lucía Puenzo, una voz para los marginados

La cineasta ha escrito acerca de un amor entre jóvenes de distintas clases y del mismo género y una niña frágil seducida por la Muerte.

|
En la imagen, Lucía Puenzo, directora de Wakolda y El niño pez. (Agencias)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencias
NUEVA YORK, EU.-  Lucía Puenzo se ha forjado una carrera en la literatura y el cine dando voz y poesía a personajes que a otros podrían incomodar; mostrando de manera humana lo que a muchos les resultaría difícil de mirar.

"A mí en general lo primero que se me aparecen son estos personajillos que andan por ahí por los márgenes y que en general son como mis pequeñas heroínas o héroes", dijo la realizadora de laureadas cintas como XXY (2007), El niño pez (2009) y su más reciente obra, Wakolda, o El médico alemán, que se estrena el viernes en Estados Unidos.

"Yo creo que siempre en mis novelas, incluso en las que no adapté (al cine) como La furia de la langosta y La maldición de Jacinta Pichimahuida, hay personajes que miro con una mirada muy romántica que son los héroes de la historia. Así que, desde ese lugar, así como a mí me parecen muy encantadores creo que esa es la mirada que hay de ellos", añadió sobre la respuesta positiva que han tenido sus arriesgadas apuestas, durante una entrevista reciente con la Associated Press en Nueva York.

(XXY muestra como una chica intersexual y su familia lidian con esta condición; El niño pez es una historia de amor tortuoso entre dos chicas de clases opuestas que sueñan con escapar juntas a Paraguay, pero cuyos planes se frustran cuando una situación inesperada da lugar a un crimen. Wakolda presenta una historia novelada de los años ocultos del médico nazi Josef Mengele, conocido como el Ángel de la Muerte por sus experimentos con humanos en Auschwitz y quien logró escapar de la justicia asumiendo otra identidad en América Latina).

Hija del director argentino Luis Puenzo (Oscar por La historia oficial de 1985) y de madre psicóloga, Lucía Puenzo creció literalmente en el plató (algunos filmes de su papá se rodaron en su misma casa), entre películas, libros, cómics y música. Más tarde estudió cine y letras.

"La verdad que estábamos como en un caldo de gente que miraba mucho cine, leía mucho, que veía bueno, mucho psicoanálisis", recuerda entre risas. "(Yo y mis hermanos) éramos como una banda de niñitos muy cinéfilos. Mirábamos mucho, leíamos mucho, estábamos mucho en ese mundo también de los cómics. Mi primer recuerdo es mucho mundo cómic, historietas, todo ese universo; pero mucha mezcla, digamos, sobre todo eso: entré muy fuertemente por la ciencia ficción, soy muy fan de la ciencia ficción, del cine de terror, me encanta".

Aún de muy pequeña leía "sin parar" a Philip K. Dick y Ray Bradbury, mientras que del cine atesora aventuras como "Los Goonies".

Entre la literatura y el cine, la también guionista (de sus películas y las de otros) ha logrado un equilibrio entre ambas formas de arte.

"Creo que lo que me gusta mucho es haber logrado mezclarlos y mantener esa mezcla que habrá que ver si lo puedo sostener", dijo. "Hay algo muy solitario en escribir, que yo por ejemplo estoy encantada pero seguramente dentro de un año quiera volver a filmar, cuando me canse de estar tantas horas sola escribiendo... Y lo mismo, después de seis meses de estar respondiendo a tanta gente, volver a mi casa a estar en silencio. Las dos cosas funcionan".

Wakolda  su más exitosa producción se ha exhibido alrededor del mundo, desde Argentina hasta Japón, pasando por Australia

"La literatura es muy gratificante", añadió. "Hay algo de escribir literatura que es... Digamos que el cine siempre se lidia con limitaciones, problemas, cosas que te hacen poner nervioso y cosas muy hermosas que tiene el cine y la edición. En la literatura es todo bueno, no hay nada que uno pueda decir de la literatura que no sea gratificante, entonces es imposible medir con el cine".

Wakolda la película, que se estrenó el año pasado en el Festival de Cine de Cannes, la mantuvo viajando casi un año, de festival en festival, de estreno en estreno.

Protagonizada por Florencia Bado como la pequeña Lilith y Alex Brendemühl como el despiadado Mengele, la cinta sigue a una familia en la Patagonia argentina que en el verano de 1960 se cruza con el educado y bien parecido doctor. Obsesionado por la pureza de la raza y la perfección, éste se ofrece a ayudar a crecer a Lilith, cuya estatura preocupa en especial a su madre, quien pese a la oposición del marido acepta que el médico someta a su hija a tratamiento. La madre, además, está embarazada de mellizos, otra conocida obsesión de Mengele.

También actúan Natalia Oreiro y Diego Peretti, como los padres de Lilith, y Elena Roger como Nora Edloc, una agente encubierta del Mossad, basada en un personaje real.

"Yo con Wakolda estaba preocupada porque creo que es una novela y una película muy amoral, que está en el límite de cierta moralidad, que tiene un personaje tomado desde un lugar romántico habiendo sido un fanático y un perverso, que es una película jugada desde donde está", confiesa Puenzo, quien hoy está obviamente "más tranquila" ante la aceptación del público y la crítica.

"Wakolda ha tenido una vida, ¡la sigue teniendo! (Y) la novela también se está editando en todos lados", dijo complacida. "Es una alegría enorme realmente para un director y un escritor - yo estuve dos años escribiendo la novela y dos años más haciendo la película, es una porción de vida importante -, entonces que después esa película y ese libro tengan una vida muy larga es muy gratificante".

Cuando comenzó a escribir el libro, lo que le atrajo fue más la intriga que le generaba esa adolescente enamorada de un monstruo que la idea del nazismo.

"Yo creo que después el tema es tan fuerte que es lo que toma todo, pero la verdad que a mí el nazismo era prácticamente lo que menos me interesaba de todas las otras capas que pueda tener la historia. Creo que `Wakolda' es básicamente la historia de una cacería y de una seducción: una cacería de este hombre hacia ellos y también de ellos hacia la seducción que les provoca, una seducción mutua, de todo el mundo. A mí me interesaba ese mundo. Y también el de los médicos del nazismo, de la genética, todo ese costado".

Puenzo debutó a los 23 años con la novela El niño pez (2004), a la que siguieron Nueve minutos (2005), La maldición de Jacinta Pichimahuida (2007), La furia de la langosta (2009) y Wakolda (2011). Entre sus películas y guiones (incluido uno que coescribió para su padre, La puta y la ballena de 2004), su ritmo de trabajo es incesante. Ante nada, es escritora.

"Me divierte mucho escribir... Hay una sensación muy gratificante con la escritura", explica. "Mi sensación es que si escribiste una página y media en un día ya ese día valió la pena. Hay algo del mundo literario que es muy noble, que tiene una quietud que no tiene el mundo del cine, una concentración que a mí me va mejor que el mundo del cine. Básicamente es lo que yo hago: escribo".

Feliz de volver a casa tras el éxito de Wakolda, ahora escribe Los invisibles, una novela inspirada en una historia de la vida real sobre un grupo de niños de la calle en Argentina que son llevados a Uruguay a robar con una organización.

Lo más leído

skeleton





skeleton