Poniatowska confiesa su devoción por la Luna desde niña

La escritora presentó su libro 'El universo o nada. Biografía del estrellero Guillermo Haro', en el primer 'Festival de Soles y Estrellas'.

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La escritora Elena Poniatowska en entrevista con EFE, en su casa de la Ciudad de México. (EFE/Archivo)
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EFE
MÉXICO, D.F.- La escritora mexicana Elena Poniatowska, ganadora del Premio Cervantes de Literatura, confesó este domingo su profunda devoción por la Luna durante la presentación de su libro "El universo o nada. Biografía del estrellero Guillermo Haro".

Durante la charla, celebrada en el primer "Festival de Soles y Estrellas", y ante un público constituido mayoritariamente por niños y niñas, la escritora afirmó que su madre le enseñó desde niña a "saludar a la Luna todas las noches al verla salir y pedirle un deseo", tal como lo recoge un comunicado del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), organizadores del evento.

"Yo no soy nada sabia, en la vida sólo he tenido preguntas porque no tengo las respuestas y creo que las voy a seguir haciendo hasta que me muera", señaló Poniatowska en respuesta a la pregunta de un niño durante su participación en el evento.

El festival, que se desarrolló en la Biblioteca Vasconcelos, albergó charlas sobre astronomía, lecturas en voz alta, cuentacuentos, talleres con astrónomos y observación astronómica.

La historia del "estrellero"

Durante su presentación, Poniatowska contó la historia de su esposo Guillermo Haro, el niño que amaba las estrellas y que se convirtió en "estrellero", ya que fue uno de los mayores impulsores de la astronomía en México.

La escritora afirmó que los científicos, los artistas y los escritores se hacen preguntas que se hicieron desde niños, y cuando son adultos vuelven a ellas.

"De la curiosidad y de la crítica nace el conocimiento. Hacerse preguntas toda la vida devolvió a los niños estrelleros a su infancia creativa e inteligente y, a medida que pasaron los años, se siguieron preguntando por qué y para qué estamos todos aquí sobre la tierra", indicó.

Agregó que "hacer preguntas es una señal de inteligencia, por lo que 'los niños estrelleros', como Guillermo Haro, se propusieron servir a su país con su cerebro a partir de preguntarse cómo, dónde, cuándo, por qué y para qué".

Criticó que hoy en día los juegos y "maquinitas" inhiben la imaginación de los niños y a veces hasta la asfixian para siempre, y agregó que "hay que ejercitar la cabeza aunque cueste trabajo".

Por su parte el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, afirmó que el festival "acerca ese maravilloso lejano y cercano mundo de las estrellas, los planetas y nebulosas, a los niños".

El funcionario destacó que el evento, que se realiza en el marco del festival Luces de Invierno, tiene un especial significado ya que despierta en los niños "la imaginación, la fantasía y la poesía para saber que en el origen de eso está el origen de todo".

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