Ángeles, otro costo de la fe

MÉXICO, D.F.- En la cultura los ángeles ocupan un lugar especial; forman parte de la arquitectura religiosa, son encarnados por activistas o vendidos como objetos protectores.

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Quien entra a la Casa de los Ángeles recibe emanaciones de paz. (Fotos: Agencia Reforma)
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Silvia Isabel Gámez/Agencia Reforma
MÉXICO, D.F.- En la Casa de los Ángeles ningún demonio aparece vencido a los pies de San Miguel. Las esculturas y pinturas del arcángel no tienen el diablo abajo por decisión de Lucy Aspra, la fundadora del lugar, que sabe de sus mañas para subirse a los altares.

"Hablo mentalmente con los ángeles las 24 horas del día, y me imagino que me responden, pero no oigo voces ni nada de eso", dice Aspra, de origen hondureño, contadora pública y madre de tres hijos --el menor, Rodrigo Herrera, es el fundador de Genomma Lab--.

Especialista en temas de religión, el español Pepe Rodríguez considera que dentro del movimiento de la Nueva Era, los ángeles se han convertido en un "amuleto supersticioso" para ociosos y desesperados. "El peligro máximo de este culto es la idiotez", afirma el investigador. "Quien quiera creer en los ángeles tiene todo el derecho, pero en una sociedad democrática y racional, el pensamiento mágico siempre es un riesgo".

Las teorías de Aspra, autora de una decena de libros sobre angelología, seres extraterrestres y entidades oscuras, chocan con la teología católica. Cada ser humano, asegura, está destinado a convertirse en ángel después de millones de años de evolución espiritual. "Es nuestra función ser mensajeros de Dios".

El rector de la Cofradía de los Ángeles de la Guarda, Gregorius Bayer, aclara que las palabras del Evangelio son otras. Quienes resuciten serán "como ángeles", precisa, porque vivirán eternamente. "Nunca seremos ángeles. Los cuerpos volverán a unirse con sus almas".

La Cofradía forma parte de la Obra de los Santos Ángeles (Opus Sanctorum Angelorum), surgida en Austria en 1949 tras las revelaciones que tuvo una madre de familia, Gabriele Bitterlich. En 1992, la Iglesia estableció que sólo podía invocarse por su nombre a los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. La Obra dejó de usar los escritos de Bitterlich y elaboró unos estatutos que fueron aprobados por el Vaticano en 2010.

"Los únicos que observan este decreto somos nosotros, porque en la Nueva Era abundan nombres de ángeles que no son los de la Biblia", dice el sacerdote.

Los teólogos advierten que muchas personas, sin saberlo, invocan a ángeles caídos. El lenguaje de los demonios es igual al de los ángeles porque comparten la misma naturaleza. Se transmiten pensamiento en estado puro, escribe José Antonio Fortea en Exorcística.

"Esos ángeles esotéricos, que pintan como niños desnuditos, simplemente no existen", dice Bayer. Los ángeles son seres espirituales que carecen de cuerpo. "Según Santo Tomás de Aquino son pura forma". Superan al ser humano en inteligencia, fuerza de voluntad y conocimiento.

Quien desea consagrarse a los ángeles en la Obra tiene que manifestarlo por escrito. Antes de ser aceptado pasa un año de prueba, en el que recibe 12 cartas de formación, explica Bayer. ¿Un filtro para los seguidores de la Nueva Era? "La palabra filtrar suena un poco fuerte".

Quien entra a la Casa de los Ángeles recibe emanaciones de paz, según los carteles que salen al paso del visitante, un mensaje que contrasta con la decena de cámaras de circuito cerrado que no pierde detalle de sus pasos. Aquí, los ángeles tienen rostro, nombre e incluso signo zodiacal, al igual que en la Fortaleza de San Miguel.

Fundados como centros culturales en 1996 y 2008 en las esquinas de Campeche y Chilpancingo, en la Condesa, son sede de cursos y talleres, lo mismo de milagros que de hata yoga y desarrollo mental, casi todos gratuitos. "Yo le hice mentalmente la promesa a San Miguel de que nunca iba a cobrar por las clases", subraya Aspra.

Pero eso no impide el comercio espiritual. Calcula que existen alrededor de 7 mil artículos disponibles para los creyentes, desde dijes y anillos hasta espadas de la salud celestial, y ángeles fabricados en diversos materiales. Los productos --la mayoría de artesanos nacionales, según Aspra-- tienen la marca registrada de la Casa de los Ángeles. "Ni idea de cuánto vendemos, pero salimos casi tablas, y a veces ni eso".

La variedad es para que los "adictos" no dejen de comprar, sostiene Rodríguez. "Suelen ser cosas muy baratas, de poca consistencia, y eso hace que con poca inversión tengas mucha rentabilidad".

Aspra ha creado productos como el Arca angelical de los deseos, que promete cumplir cualquier anhelo, pero sólo su dueño puede usarla. "¿Leíste el instructivo?", pregunta. "No funciona si no haces lo que dice ahí. Una meditación para elevar la conciencia, pedir acercarte a Dios, pedir la asistencia de los ángeles y orar por la humanidad". Aunque afirma que es infalible, lo mismo que su Agenda angelical, les reconoce límites. "No puedes pedir ser la reina de Inglaterra".

En Exorcística, Fortea pide desechar todo alimento impuro para el alma. "Si con una fórmula mágica se produce algún efecto, hay que achacárselo a los demonios", previene. Para Aspra, magia blanca son la oración y el pensamiento noble. "Con los ángeles no se necesitan rituales, (el contacto) es únicamente de corazón a corazón, de espíritu a espíritu". No ve contradicción en recurrir a la ayuda del Arca o de veladoras: "Eso es también usar el corazón".

Si una persona se deja engañar, o voluntariamente decide ser necia, ninguna ley puede ayudarla, recuerda Rodríguez. "Cuantos más problemas tenga, más ayuda mítica necesitará, y más estará dispuesta a pagar para conseguirla, ya sea que provenga de un ángel, un dios, o cualquier otro ser".

mn/dua

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