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MÉXICO.- Las instituciones de educación superior no pueden albergar prejuicios, estigmas o estereotipos; por el contrario, deben ser espacios de inclusión e igualdad de derechos, afirmó el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez.

Al participar en el establecimiento del Observatorio Nacional para la Igualdad de Género en las Instituciones de Educación Superior, reconoció que la igualdad de género dista de ser una realidad en México y recurrentemente se presentan violencia y actos discriminatorios.

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Éstos van desde agresiones disfrazadas de halagos hasta feminicidios y las universidades, desafortunadamente, no han estado libres de estos flagelos, sostuvo.

“La violencia feminicida ha llegado hasta los campus y planteles de educación superior, siendo la expresión más terrible y grave de otras conductas que vulneran los derechos de las mujeres, afectando varios ámbitos de la vida académica, administrativa y social”, advirtió.

El presidente de la CNDH, reconoció en la violencia contra las mujeres, una asignatura pendiente que requiere atención urgente, de ahí, la importancia de establecer este Observatorio, en el que participan varias instituciones.

Destacó la participación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), ONU Mujeres y la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior en este Observatorio, que contribuirá a garantizar la equidad en el sector académico.

Recordó que la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 del INEGI, en el ámbito escolar, de las mujeres que han asistido a la escuela, el 25.3 por ciento habría enfrentado violencia de compañeros, compañeras y maestros.

Por desgracia, las expresiones más frecuentes que se reportaron son las agresiones físicas en el 16.7 por ciento de los casos y sexuales en el 10.9 por ciento.

Violencia y discriminación

Asimismo, en el ámbito escolar, tanto alumnas, docentes, investigadoras y trabajadoras administrativas no están completamente a salvo de sufrir algún tipo de violencia o discriminación.

No sólo hay que erradicar las conductas de violencia y discriminación propiamente dichas, hay que ocuparse también de los factores que las propician, apuntó.

Sin embargo, reconoció que no toda la sociedad comparte esta preocupación. Día a día convivimos con la violencia y la discriminación contra las mujeres, pero no todas esas conductas son socialmente rechazadas.

Por ello, es necesario consolidar una educación para la igualdad de género, que prevenga conductas violentas o discriminatorias, y crear conciencia sobre la necesidad de respetar los derechos de todas las personas, en particular, de las mujeres.

Con información del portal de noticias Notimex.