Entrevista: “La Ley de Ingresos, más de lo mismo”

Carlos Marichal, premio Nacional de Ciencias y Artes 2012 urge al gobierno federal a promover una reforma fiscal; habla sobre los endeudamientos de México.

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Carlos Marichal, premio Nacional de Ciencias y Artes 2012, en la categoría de Ciencias Sociales. (Milenio)
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MÉXICO, DF.-  Carlos Marichal, premio Nacional de Ciencias y Artes 2012, en la categoría de Ciencias Sociales, urgió al gobierno federal a promover una reforma fiscal y que el Congreso la apruebe lo más rápido posible, ya que la Ley de Ingresos representa “más de lo mismo, de los que hemos visto en los últimos años y no ayudará a disminuir la deuda pública de México”.

El especialista en historia económica de América Latina e investigador del Colegio de México (Colmex) comentó que la norma, aprobada recientemente, hace que el país sea más dependiente del petróleo, pues el Congreso ha calculado que más de 40 por ciento de los recursos del gobierno los genere Pemex, y la solución para evitar más endeudamiento público se encuentra en una reforma fiscal, que incluya el control de la evasión, el aumento del impuesto sobre la renta (ISR), así como del predial.

“El predial que se cobra en México es uno de los más bajos que hay en el mundo. Y para evitar protestas por su aumento se puede hacer poco a poco durante los próximos 20 años. Esto permitirá generar un ahorro para pagar deuda pública”, comentó.

Explicó que la diferencia entre el endeudamiento de Brasil —la nación con la mejor economía de la región— y el de México es que el país sudamericano tiene mucho más deuda, pero al mismo tiempo más capacidad de ingresos fiscales; la nuestra no ha sabido como recaudar más sin afectar a la población.

Asimismo, dijo que de no aprobarse la reforma fiscal no habrá escapatoria para un nuevo ciclo de endeudamiento. “De hecho, durante el régimen panista, curiosamente muchos estados de la República, gobernados por el PRI, se endeudaron por gastar más dinero del que recibían de la Federación, esto se debe a que México es una República federal con un sistema de centralismo fiscal”.

¿Cuál ha sido la crisis más difícil que ha sorteado México?

Una de las peores crisis de la historia moderna de América Latina es la que se dio en 1982 y 1983, cuando hubo una devaluación que afectó directamente al bolsillo de los asalariados. En Argentina y Brasil, por ejemplo, hubo hiperinflaciones. Mucha gente empezó a migrar, de ahí que en México se creara el Sistema Nacional de Investigadores, con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), para que se impidiera la salida de capital humano. Además, la crisis llevó a la quiebra a muchas empresas estatales, provocó la privatización, los ajustes y el establecimiento de políticas monetarias y fiscales muy duras que siguen vigentes.

¿En qué condiciones se encuentra México en la actualidad, respecto a su deuda?

El problema de la deuda fue mucho mayor en los ochenta. En 1994 y 1995 la crisis también fue muy grande, pero ésta fue de corto plazo. Desde 1996 en adelante la deuda ha disminuido en términos relativos, respecto al producto interno bruto (PIB). Hoy hay una situación aceptable. Seguimos pagando la deuda, pero entre 1982 y 2002 el costo del pago fue gigante: casi todos los recursos de divisas petroleras sirvieron para pagarla. Por ejemplo, en 1994 y 1995 la deuda le costó a México 50 mil millones de dólares. En marzo de 1994, Pedro Aspe, entonces secretario de Hacienda, resolvió que para cubrir el déficit ese año era necesario emitir tesobonos —títulos de crédito negociables denominados en moneda extranjera— con un valor de 30 mil millones de dólares para evitar la fuga de capitales. Esto resolvió el problema a corto plazo. Lo grave es que si había devaluación, como la hubo en diciembre de ese año, los tesobonos había que pagarlos inmediatamente en dólares, lo cual duplicaba su valor en pesos. Ante la situación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el gobierno de Estados Unidos buscaron rescatar a México prestándole 30 mil millones de dólares, y México tuvo que pagar la deuda histórica que ya tenía acumulada desde los años setenta, ochenta y los tesobonos.

¿Hay alguna relación entre las crisis económicas de esa época, la de los años ochenta y la más reciente en 2008-2009?

La comparación siempre es útil en ciertos campos. La figura de la deuda no ha cambiado en 200 años, cambian las condiciones de la economía, de los mercados, pero el instrumento financiero es el mismo, obviamente con diferencias. Los gobiernos adquieren deuda porque quieren cubrir un déficit, no tienen suficientes ingresos o quieren pagar un gasto extraordinario, como una guerra.

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