Especialistas piden 'impuesto social' a gasolinas

El gravamen se calcula sobre el precio por litro de combustible y lo que un automovilista contamina en promedio el ambiente.

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Según la OCDE, México es el cuarto país que menos cobra impuestos a los combustibles para el transporte. Imagen de automovilistas en la Ciudad de México. (Archivo/Notimex)
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César Barboza/MILENIO
MÉXICO, D.F.- El gobierno comenzó con la liberalización del precio de la gasolina a partir de este 1 de enero, con la implementación de una banda de máximos y mínimos donde el precio comenzará a fluctuar según el costo internacional del petróleo.

Este viernes, la gasolina Magna cuesta 13.16 pesos por litro, 41 centavos menos que en 2015; la tipo Premium cuesta 13.98 pesos, una baja de 40 centavos, y el diésel cuesta 13.77 pesos, una disminución de 43 centavos. La Secretaría de Hacienda espera que el precio disminuya al menos 3 por ciento y se ubique en el nivel inferior de esa banda

Sin embargo, a pesar de la esperada disminución de precios de los combustibles automotores, Fausto Hernández, economista del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), indicó que a la gasolina debería agregarse un impuesto por el “costo social” de usar ese energético.

“Hay un consenso internacional, pero por razones políticas en México no se quiere cobrar ese costo a los automovilistas”, señaló en entrevista para MILENIO.

Todos los países de la OCDE tienen un impuesto, que se conoce como ‘precio social’ de la gasolina, que es el de producción más el costo social, que es cuánto vale por litro de combustible lo que un automovilista contamina en promedio el ambiente”, agregó Hernández.

Si el precio de gasolina cubriera el impacto ambiental y económico que ocasiona, el litro estaría por encima de 23 pesos

El costo por litro de gasolina también debe cubrir el impacto por congestión vial, que refleja cuanto tiempo pierde la gente en horas de trabajo, además de accidentes viales.

Según el investigador, Hacienda adquiere la gasolina a un precio internacional de 10.80 pesos por litro, y según una investigación que realizó en el CIDE, el costo social por litro sería de 71 centavos de dólar, que al tipo de cambio actual representaría 12.3 pesos. Es decir, si el precio de la gasolina cubriera el impacto ambiental y económico que ocasiona, el litro aumentaría por encima de 23 pesos.

El especialista indicó que los impuestos a la gasolina son los más progresivos; es decir, recaen en las personas con ingresos altos y no tienen efecto en las que poseen menos recursos, que en su mayoría no usa el automóvil, y parte de sus contribuciones se usa para infraestructura carretera.

Además, la investigación reveló que el impuesto social a la gasolina aumentaría la recaudación fiscal en al menos 2 puntos porcentuales del producto interno bruto por encima del 0.9 de la reforma fiscal implementada el año pasado.

Hernández agregó que todos los países europeos aplican ese gravamen, e incluso en Reino Unido y Francia ese costo asciende a 180 por ciento.

Decisión impopular

El investigador admitió que la razón por la cual ese costo no se incluye en la gasolina es política, debido a la inconformidad social que generaría, además de que es una medida que debe ser acompañada de una política de inversión pública para mejorar el transporte público, y de esta forma mejorar la movilidad ciudadana sin el uso del automóvil.

Hernández Trillo agregó que México tiene una política en cuanto al impuesto a la gasolina similar a Estados Unidos, país que se encuentra entre los que cobran la tasa de impuesto efectiva más barata a los energéticos para el autotransporte.

Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el cuarto país que menos cobra impuestos a los combustibles para el transporte, y EU ocupa el quinto lugar. Brasil, Indonesia y Rusia ocupan los tres primeros lugares, respectivamente, mientras que Reino Unido, Suiza e Israel se encuentran en los primeros lugares.

“En Estados Unidos, como en México, está consensuado no aplicar ese impuesto social. El gobierno no lo implementa por razones políticas, debido a que hay una menor infraestructura de transporte público, todo está basado desde 1940 en el automóvil. Mientras no haya un cambio en esa tendencia continuará siendo una medida impopular, y el que lo haga perdería las elecciones”, agregó Hernández trillo.

La OCDE reconoció que la carga fiscal es una herramienta efectiva para mitigar los daños ambientales, económicos y a la salud ocasionados por el uso de energía fósil. Pero ahora los impuestos a la energía no compensan el impacto al medio ambiente que generan en el mundo.

“Pueden reducir el nivel de generación de contaminación o incentivar la inversión en fuentes de energía menos contaminantes para realizar las mismas actividades”, precisó el organismo en su reporte sobre el uso de impuestos para la energía de este año.

El dato

  • La recaudación del IEPS a la gasolina fue negativa hasta que se eliminó el subsidio al energético. Este año ayudó a mantener a flote las finanzas públicas.

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