En su madre cometió uno de los peores pecados

Cansado de los reclamos por su comportamiento y sus adicciones, el exconvicto decidió estrangularla.

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El asesino ya había sido encarcelado en tres ocasiones. (elmanana.com.mx)
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Leticia Fernández/Milenio
CIUDAD DE MÉXICO.- Las constantes discusiones por su adicción al alcohol y a las drogas terminaron finalmente cuando decidió asesinar a su madre a golpes. Él, un ex convicto que ha llegado a prisión en tres ocasiones. Ella, una mujer que estaba tranquila cuando su hijo se encontraba en la cárcel.

Aquella tarde del 9 de septiembre, el agresor llegó a su casa en la calle Miravalle, también conocida como Paso del Norte, colonia La Candelaria Ticomán, en Gustavo A. Madero.

Lo hizo como la mayoría de las veces: alcoholizado y bajo los influjos del solvente que inhalaba una y otra vez, solo que en esa ocasión se enfrentó al enfado de su madre, quien le reclamó no trabajar y pedirle dinero para costear sus adicciones.

La mujer, de 54 años de edad alzó la voz y su hijo, 20 años menor que ella, la increpó a gritos. La discusión la escuchaban a la distancia los vecinos quienes, acostumbrados, decidieron no intervenir.

Los testigos explicaron que los gritos se mezclaban con golpes, llantos, hasta que finalmente reinó el silencio; sin embargo, la actitud del joven les llamó la atención.

Después de la pelea con su madre, el sujeto sacó un bulto que apenas envolvió en una sábana, era tan pesado que apenas pudo arrastrarlo para colocarlo en una rampa con barandal que anteriormente era ocupado como escalera.

Una vecina que observó todo resguardada desde su vivienda contó a las autoridades que el matricida quitó la sábana del bulto para cubrirlo con bolsas de plástico negras y retirarse del lugar.

El 30 de noviembre pasado un juez de control giró la orden de aprehensión contra el hombre, quien aceptó su culpabilidad

Al día siguiente lo volvieron a ver, en esta ocasión lavando los pisos de su casa con abundante agua y se quitó la ropa que para enjuagar unas "manchas rojas" que se apreciaban.

Fue hasta que llegó la hija de la víctima cuando volvieron los gritos a esa casa porque la mujer le preguntó a su hermano dónde estaba su madre. Era la mañana del 11 de septiembre.

"La hija de la víctima fue quien se percató de la ausencia de su mamá, y al empezar a investigar sobre su paradero, el presunto homicida le comentó que no sabía nada de su mamá y que ésta había salido un día antes sin decir a dónde iba", detalla la carpeta de investigación.

Cerca de las 15:30 horas de aquél 11 de septiembre, el cadáver fue localizado por una vecina, envuelto en bolsas de plástico, por lo que avisó a los familiares de la víctima.

Las hermanas de la mujer la identificaron plenamente, estaba golpeada, sangraba de la cabeza, pero en el cuello se apreciaban las marcas del estrangulamiento.

Durante dos meses la Policía de Investigación dio seguimiento a cada uno de los vecinos de la víctima y sus parientes hasta que el MP concluyó que el principal sospechoso era el hijo.

Aunado a los testimonios, los peritos documentaron que el día en que fue hallado el cadáver, el presunto matricida tenía arañada la mejilla derecha y la parte externa del cuello, aunque las justificó al decir que había reñido.

El 30 de noviembre pasado un juez de control giró la orden de aprehensión contra el hombre, quien aceptó su culpabilidad y detalló que estaba cansado de las discusiones con su madre por su comportamiento y adicciones, además de las constantes detenciones.

Hoy se encuentra en el Reclusorio Norte por el delito de homicidio.

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