Aprende a insultar con propiedad

Deja las palabras comunes para ofender alguien y aprende las que podrían haber utilizado Francisco de Quevedo o Sor Juana.

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Las groserías son parte escencial de la comunicación entre mexicanos. (Archivo/Agencias)
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Agencias
CIUDAD DE MÉXICO.- Los mexicanos nos caracterizamos por tener un lenguaje muy peculiar, y a la hora de insultar somos muy originales, pero qué pasaría si usáramos palabras poco comunes para hacerlo elegantemente. La revista Algarabía decidió publicar un diccionario para insultar 'con propiedad'.

Las groserías son parte escencial de la comunicación entre mexicanos. Ya sea para reprobar la conducta de alguien, para expresar enojo o concluir de manera abrupta una conversación, nuestro instinto es usar esas palabras que casi siempre empiezan con la letra p o la c. Pero en definitiva no son las únicas ni las mejores formas de insultar. 

Algarabía, la revista sobre cultura y lenguaje, se dio a la tarea de demostrarlo y este mes publicó El diccionario de insultos.

“Insultar es un arte y hay maneras muy elegantes de hacerlo, por eso creamos esta compilación”, comenta a Verne en entrevista telefónica María del Pilar Montes de Oca, directora de Algarabía y editora del diccionario. 

“Queríamos dejar de lado el pendejo, el cabrón y el chinga tu madre. El objetivo era demostrar que hay otras formas de hacerlo y probar que se puede hacer con propiedad”.

Para elegir los más de dos mil términos que conforman el libro, se consultaron diccionarios como el de la Real Academia Española, el Diccionario de Español de México, el Diccionario de mejicanismos de Francisco Santa María, el Etimológico de Joan Corominas y el de Uso del español de María Moliner. 

“Primero buscamos insultos en todos los diccionarios que se nos atravesaron, los escogimos y luego formamos ejemplos de situaciones reales y cotidianas", explica Montes de Oca. 

"Es gracioso porque aparecen insultos que utilizarían Francisco de Quevedo o Sor Juana, pero en un lenguaje coloquial”.

La editora dice que uno de los objetivos del libro es que los mexicanos le pierdan miedo a su idioma.  "Es para todos, y está en todos lados”, agrega. 

“Hay miles de riquezas dentro de la lengua española y tenemos que aprender a jugar con ella, conocerla y usarla para insultar y para ver el mundo de otra manera”. 

La editora nos ayudó a elegir algunas de las mejores palabras que aparecen en esta compilación. Toma nota y en la siguiente situación que la amerite intenta utilizar uno o más de estos rimbombantes términos:

  • Amarrete. Tacaño, pichicato, miserable, codo. Ejemplo: El muy amarrete del jefe no nos dio aguinaldo este año, pero se fue de vacaciones a Cancún.
  • Bufo, a. Cómica que raya en lo grotesco y burdo. Ejemplo: Me cagan las bromitas de Ale, es una bufa pasada de lanza.
  • Cascado. Persona que está muy jodida o traqueteada. Ejemplo: Te ves muy cascado, ¿tan mal te ha tratado la vida?
  • Desorejado. Tonto, irresponsable y desobediente. Ejemplo: Se salió por la ventana para largarse a la fiesta y se cayó del segundo piso. ¡Eso le pasa por desorejado! Antes no se mató.
  • Engañapichanga. Charlatán o engañabobos. Ejemplo: ¡Maldito engañapichanga, regrésame mi tarjeta de nómina! Ni creas que voy a dejar que cobres mi quincena.
  • Felón, a. Que comete felonía, deslealtad o traición. Ejemplo: Nomás pierden las Chivas y este felón se hace fan del América.
  • Granizo. Persona que se altera con facilidad por cosas que otra persona dice. Ejemplo: No te enojes, granizo. Ya sabes que en la oficina siempre hay chismes. Deja que hablen.
  • Hominicaco. Hombre pusilánime e insignificante moral o físicamente. Ejemplo: Ese hominicaco perdió la dignidad el día que aceptó ese soborno.
  • Incróspido. Persona descentrada, desviada. Ejemplo: Eustaquio terminó incróspido entre tantas chelas, mezcales y jaiboles.
  • Jallo, a. Presumido, ostentoso. Ejemplo: La jalla solo me habló para decirme que acaba de comprar unos zapatos de 20 mil pesos.
  • Llamón, a. Rajón, hablador, llorón. Ejemplo: El que se lleva se aguanta, Arturo. No vayas a ponerte de llamón al rato.
  • Metomentodo. Sinónimo de entrometido. Ejemplo: Mi vecino es un metomentodo. La otra vez me preguntó si mi novio y yo estábamos peleados.
  • Nejo, a. dicho de alguien sucio, desaseado. Ejemplo: Después de jugar futbol toda la mañana, te urge un baño, nejo.
  • Poluto, a. Sucio, inmundo. Ejemplo: ¿En dónde andas metido, Fidel? Apestas a basurero, poluto, a pura mierda.
  • Querrequerre. Persona que siempre está de mal humor. Ejemplo: La querrequerre del predio me aventó mis documentos en la cara porque, según ella me faltó anexar copia del pago anterior.
  • Repipí. Dicho de un niño pedante. Ejemplo: No vuelvo a cuidar a mi sobrino , el repipí se la ha pasado haciendo berrinche todo el día.
  • Sebudo, a. Perezoso, tardo. Ejemplo: ¡No te voy a dar mayor plazo, sebuda, tienes dos días para entregarme tu libro terminado!
  • Tiuque. Persona astuta y maligna. Ejemplo: Ese tiuque convenció al jefe de correr al gerente con quien siempre se andaba peleando.
  • Uyuyuy. Dicho de alguien que se cree mucho. Ejemplo: Ay sí, desde que Gaby se compró un carro nuevo se cree muy uyuyuy.
  • Venático, a. Maniático o loco. Ejemplo: No aceleres tanto la moto, pinche venático; nos podemos estampar contra el muro de contención.
  • Xongo, a. Desaseado, sucio. Ejemplo: Te dije que no brincaras en los charcos, mira qué xongo quedaste.
  • Yoyo. Dicho de una persona egoísta, ególatra. Ejemplo: Abel es un yoyo, se la pasa hablando de sí mismo; como si a alguien le importara.
  • Zorimbo, a. Tonto. Ejemplo: ¡Bájate de la escalera, zorimbo! ¿Qué no ves que está inestable y te puedes matar?

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