Agencias
CIUDA DE MÉXICO.- La autodeportación masiva de migrantes temerosos de ser expulsados por el futuro gobierno de Donald Trump podrá comenzar en Navidad, pues el gobierno mexicano no descarta que se queden en su país muchos de los connacionales que viajen en diciembre de vacaciones.

El viceministro de Gobernación, responsable de asuntos migratorios, Humberto Roque, afirmó que 'México está preparado para un eventual aumento en el retorno de mexicanos que radican en Estados Unidos', informa la agencia ANSA Latina.

La frase podría sonar meramente retórica, pero el funcionario añadió que se alistan albergues para quienes no tengan a donde regresar o ayuda para su traslado a sus localidades de origen.

Incluso, se prepara un plan de seguro médico por hasta 90 días para los retornados, apoyo suficiente para brindarles alimentación al llegar y facilidades para conseguir empleo.

Durante un encuentro con integrantes de la Comisión de Asuntos Migratorios de la Cámara de Diputados, Roque dijo que unos dos millones de mexicanos podrían retornar a México para las vacaciones de diciembre y una parte, que por ahora no quiso calcular, podría 'quedarse en México'.

Analistas locales estiman que en el fondo las menazas de Trump de deportar a unos tres millones de hispanos por tener problemas con la ley podría formar parte de un plan para provocar la autodeportación en masa de los migrantes, haciéndoles la vida imposible en Estados Unidos.

Esa política ha formado parte de la estrategia de la derecha republicana estadounidense desde hace tiempo, señala el experto León Krauze.

Roque afirmó que desde 2014 hay una tendencia de 50 mil mexicanos más que retornan, ya sea de manera voluntaria o por deportación, sobre los que van a Estados Unidos.

Millones de desempleados, si se cumplen amenazas

'En caso de endurecerse la política de deportaciones en Estados Unidos, se buscará que sea un retorno ordenado, en el que se respeten los derechos de los connacionales', afirmó.

Por su parte, el titular del Instituto Nacional de Migración, Ardelio Vargas, llamó a la calma ante las amenazas de deportaciones, que desde el inicio del gobierno del presidente Barack Obama hace 8 años han afectado a 2.7 millones de personas.

Algunas estimaciones de expertos consideran que si se hicieran realidad las amenazas de Trump, el desempleo abierto en México se duplicaría de dos a cuatro millones de personas por lo menos.

El pasado día 11, tras anunciarse la victoria de Trump, el gobierno de México y la cúpula empresaria privada anunciaron un plan para generar empleos suficientes en el país a favor de quienes sean expulsados por la futura administración.

'Es para darle la bienvenida a mexicanos que tomen la decisión de regresar y que son personas bilingues, con preparación y pueden aportar a las empresas mexicanas su propia competitividad', afirmó.

Sin embargo, muchos de los mexicanos que han sido deportados durante la administración Obama, sólo han podido hallar empleo en empresas de servicios telefónicos al cliente, los llamados 'call centers', con salarios bajos y en condiciones de precarización laboral.

La calificadora Standard and Poor's señala que México, con una economía en desaceleración, es incapaz de generar más empleos con seguridad social, por lo que considera que no podría afrontar la llegada en avalancha de millones de personas sin trabajo.

Especialistas y legisladores de oposición consideran que México está poco preparado para una la oleada de expulsiones que podría generar una crisis humanitaria.

'No tenemos la capacidad de emplear a los jóvenes', dijo Jorge López, diputado del Partido Acción Nacional (PAN, derecha), de la comisión de Asuntos Migratorios.

La industria maquiladora (ensamblaje) de la franja fronteriza norte está siempre necesitada de empleos y podría ofrecer hasta 60 mil plazas laborales, según anunciaron las propias empresas, pero con salarios cinco y hasta ocho veces inferiores que los obtenidos por los migrantes en Estados Unidos.