Pueblo zapoteco crea su propia empresa de telefonía celular

En villa Talea de Castro instalaron la red telefónica con ayuda de la ONG Rhizomatica, pagan por el servicio 15 pesos mensuales.

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Por sólo 15 pesos al mes hacen y reciben todas las llamadas necesarias locales y nacionales. (Milenio)
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Agencias
VILLA TALEA DE CASTRO, Oaxaca.- Aunque ninguna empresa quiso aventurarse en su pueblo, escondido entre las montañas, Ramiro Pérez puede llamar a sus hijos con su teléfono celular gracias a la primera red creada por y para indígenas en el país, según publicó el sitio web de Milenio, quien citó como fuente a AFP.

Al visitar la localidad, asentada en las laderas de la Sierra Norte de Oaxaca, los usuarios de teléfonos móviles reciben un texto SMS que dice: “Bienvenido a la Red Celular de Talea (RCT), para registrarse vaya a la radio con este mensaje”.

Los habitantes de Villa Talea de Castro, mayoritariamente indígenas de origen zapoteco, viven del cultivo del café, aunque muchos de sus jóvenes migran frecuentemente a grandes ciudades e incluso a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.

“Yo tengo dos hijos que viven fuera del pueblo y por lo menos dos o tres veces por semana me comunico con ellos”, comentó Pérez, quien es encargado de un restaurante, convencido de los beneficios que trajo la tecnología celular a su pueblo.

“Además, mis clientes me piden comida por teléfono celular. Por solo 15 pesos al mes hago y recibo todas las llamadas necesarias para mis asuntos familiares y para mi negocio”, añadió el hombre de 60 años, que hasta hace tres meses era usuario constante de las casetas telefónicas que le cobraban “hasta 10 pesos por minuto”.

Por considerarlo poco rentable, las grandes empresas de telefonía, tanto celular como fija, se negaron durante años a prestar sus servicios en Talea, pero la población adoptó un novedoso sistema y creó su propia compañía.

El equipo

El modelo proviene de Rhizomatica, una ONG que busca comunicar las zonas marginadas a través de un equipo de sistema global (GSM) de bajo costo, un software libre de derechos y tecnología Volp (Voice over IP), que permite transmitir la voz de forma digital a través de internet.

Buscamos “utilizar todos los fragmentos del espectro radioeléctrico y que las concesionarias se niegan a emplear por inviabilidad financiera”, dijo Israel Hernández, uno de los pioneros del proyecto.

Si los habitantes necesitan llamar al extranjero, pagan  80 centavos por minuto, un precio inferior a la mayoría de las tarifas comerciales

Con empeño, los indígenas obtuvieron un permiso por dos años de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) para probar el equipo. Así nació RCT, que utiliza el espectro radioeléctrico para llamadas locales e internet para comunicarse con el resto del mundo.

Hasta Villa Talea de Castro, ubicado a unos 115 kilómetros al norte de Oaxaca (capital del estado homónimo), no llegó ni Telcel, la empresa que domina el ramo en México y América Latina con 262 millones de suscriptores.

El secretario de la Sindicatura Municipal, Alejandro López, comentó que una de las compañías a las que se solicitó el servicio pidió a Talea —de 2 mil 500 habitantes— un padrón de 10 mil usuarios potenciales, además de la construcción de un camino hasta un cerro donde se instalaría la antena, así como un tendido de red eléctrica de seis kilómetros.

Fase de prueba

“A pesar de algunas fallas técnicas, porque estamos en periodo de prueba, el proyecto ha sido todo un éxito. A tres meses de que iniciaron las operaciones, tenemos más de 600 usuarios al mes y el equipo que nos prestaron para prueba ya es insuficiente porque solo tiene 11 líneas”, añadió el funcionario.

Por 15 pesos los usuarios pueden hacer todas las llamadas locales que quieran con una única condición: no deben durar más de cinco minutos para que las 11 líneas no se saturen, explicó.

Si los habitantes necesitan llamar al extranjero, deben pagar poco menos de 80 centavos por minuto, un precio inferior a la mayoría de las tarifas comerciales.

Ante el éxito obtenido, los socios de la RCT —que son todos los habitantes del pueblo— decidieron comprar su propio equipo con capacidad para 35 líneas simultáneas, que se instalará en las próximas semanas.

Según Hernández, la siguiente etapa del proyecto consiste en formar una cooperativa de pueblos indígenas “para solicitar en concesión al Estado mexicano esa pedacería de frecuencias libres para comunicar por telefonía celular a las comunidades rurales del país”.

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