Quieren priistas prohibir armas en San Lázaro

La bancada del tricolor en el Senado propuso una reforma para restringir la portación de armas a la Cámara de Diputados, salvo en casos necesarios.

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El presidente del Congreso tendrá autoridad para permitir el ingreso de armas al recinto. (Archivo/Notimex)
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Claudia Guerrero/Agencia Reforma
MÉXICO, D.F.- A nueve días de que Enrique Peña Nieto rinda protesta en el Salón de Plenos de la Cámara de Diputados como Presidente de la República, la bancada del PRI en el Senado propuso una reforma para impedir el ingreso de armas al recinto.

El proyecto, que modifica la Ley Orgánica del Congreso, será llevado a la tribuna de la Cámara alta por el senador Jesús Casillas.

La iniciativa establece que no sólo los legisladores federales tendrán prohibida la portación de armas al interior del recinto, sino también cualquier persona que ingrese al lugar.

"Queda estrictamente prohibido el ingreso de cualquier persona armada los salones de sesiones de las cámaras", plantea la redacción de un tercer párrafo que pretende adicionarse al Artículo 12 de la Ley Orgánica del Congreso.

Sin embargo, se plantea una salvedad para que se puedan ingresar armas al recinto, cuando exista una causa grave: "Salvo que medie causa grave que lo amerite, se trate de fuerza pública y lo haya ordenado el Presidente del Congreso", se agrega en la propuesta.

En la exposición de motivos, los priistas no hacen referencia al ambiente de crispación que podría presentarse el próximo 1 de diciembre, con motivo de la inconformidad de los partidos de izquierda por la llegada de Peña Nieto a la Presidencia de la República.

Sin embargo, reconocen que existe el riesgo de que los ánimos puedan exaltarse en caso de que se presente un acalorado debate: "Es una medida preventiva para evitar alguna alteración al orden, incluso daño a las personas, con motivo de la posibilidad de acaloramiento en los debates", considera Casillas.

"Esto porque un parlamento no necesariamente puede dejar de sufrir discusiones acaloradas, arrebatos o desatamiento de pasiones, pues la política, las cuestiones de Gobierno y los debates ideológicos de repente así lo exigen".

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