Así te cambian el pescado que quieres por uno más barato

Por confusión o a propósito las pescaderías, supermercados y restaurantes recaen en esta práctica.

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Un estudio reveló que en México hacen falta medidas para evitar la susticución de productos marinos. (Reuters)
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Redacción/SIPSE
CIUDAD DE MÉXICO.- Si no eres una persona experta en especies marinas, ¿alguna vez  te has preguntado: “este pescado que estoy comprando de verdad será el que dice en la etiqueta”?

Recientemente la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) dio a conocer un estudio en el que encontró que 18 marcas envasaban más soya que atún en las presentaciones de este producto marino.

También este mes Oceana, organización internacional dedicada exclusivamente a la protección de los océanos, dio a conocer su estudio “Gato x Liebre. Fraude y sustitución en la comida del mar”.

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“El comensal que pide, entusiasmado, un filete de mero en México a menudo recibe un basa de Vietnam, o cuando pide un delicioso huachinango llega a recibir un filete de tiburón (eso sí, a precio de huachinango)”, denuncia el estudio.

“Todos los días cientos de consumidores en México piden una especie y reciben otra (...) Esto es fraude, pues al final hay una carga que termina pagando el comensal, los pescadores y la salud de los mares”, reveló Renata Terrazas, directora de Campañas de Transparencia de Oceana México, en entrevista concedida al periódico El Economista.

El estudio basa sus resultados en muestras que fueron tomadas de 133 establecimientos (pescaderías, supermercados y restaurantes) en tres ciudades: Ciudad de México, Cancún y Mazatlán.

La organización se dio a la tarea de hacer pruebas de adn para determinar si las especies correspondían con el nombre comercial con el que fueron vendidas. La recolección de éstas dependió de la oferta y disponibilidad de las especies en cada establecimiento.

En términos generales se encontraron 116 casos de sustitución de especies (31% del total), la distribución fue así:

 

(Oceana)

Ciudad de México mostró el porcentaje de sustitución más alto, 34%. Las pescaderías son el lugar donde más constante fue el engaño. Se tomaron 153 muestras de 56 establecimientos.

En Mazatlán se tomaron 117 muestras y el porcentaje de sustitución fue de 31.6%

En Cancún se tomaron 106 muestras. El porcentaje de sustitución fue de 26.5%, pero es donde se detectó mayor fraude abierto, o sea, sustitución de pescado más selecto y codiciado por especies baratas.

Oceana denuncia que el engaño en ocasiones esconde un posible fraude, ya que se venden especies más baratas por aquellas más cotizadas. Casi 60 % de la sustitución se dio por un producto de menor valor.

Resaltan los casos del mero, robalo y huachinango, los cuales fueron comúnmente sustituidos por tilapia, basa o raya.

Esta son las especies más suplantadas

  1. MARLIN (95%) Los tacos y las tostadas de marlin son famosos en México, pero resulta que casi nunca lo comemos. El atún aleta amarilla es el que comúnmente sustituye a este pescado, sin embargo, identificamos que una de cada cinco veces fue sustituido por tiburón.
  2. SIERRA (89%) La sierra es un pescado comúnmente utilizado para ceviche, muy solicitado en Mazatlán y fue ahí donde se dio la mayoría de la sustitución. Sin embargo, las especies que sustituyeron eran de precio y sabor similar a la sierra
  3. MERO (87%) En dos de cada tres ocasiones, esta especie mexicana tan apreciada fue sustituida por un producto barato e importado de acuacultura, como el basa.
  4. HUACHINANGO (54%) Prácticamente toda la sustitución se dio en Ciudad de México, en pescaderías y supermercados. La sustitución fue casi siempre por pescado de menor valor, incluso por especies muy distintas, como la raya látigo
  5. ROBALO (53%) El robalo es un pescado conocido y solicitado en algunas partes del país; Ciudad de México es una de ellas. Casi la mitad de su sustitución se dio por pescado marino de buena calidad, que suele ser desconocido para la mayoría de las personas, como conejo, corvina o esmedregal.

¿Cómo detener la sustitución de especies marinas?

 

(Oceana)

De acuerdo con Oceana, el engaño y fraude en la comida del mar suceden en una compleja cadena de comercialización en la que participan muchos intermediarios.

“La sustitución puede darse en el barco, desembarque, transporte, lugar de procesamiento o punto de venta final. En México se exigen documentos que acrediten la procedencia legal del producto y se contemplan acciones de inspección y vigilancia para determinar la inocuidad del pescado y marisco, sin embargo, carecemos de requerimientos de trazabilidad que permitan rastrear el pescado desde el plato hasta la mesa”, concluye.

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