Itxaro Arteta/Agencia Reforma
MÉXICO, D.F.- La promesa de campaña de Enrique Peña Nieto de ampliar el rango de edad de beneficiarios del programa 70 y Más es deseable pero no aclara de dónde saldrán los recursos, cuestionaron especialistas.

La propuesta es dar un apoyo económico a adultos mayores sin pensión a partir de los 65 años y no hasta los 70, como ocurre actualmente. Este programa cubrió a 3.3 millones de personas, según la última cifra reconocida por Sedesol el 28 de noviembre, de 3.5 millones que estimaron requerían el apoyo.

Ramiro Ornelas, responsable del programa como director general de Atención a Grupos Vulnerables de Sedesol, estimó que al reducir la edad se sumarán unos 2 millones de adultos mayores potenciales beneficiarios, es decir, habrá un total de 5.5 millones a quienes buscarán otorgar el apoyo.

Con la estructura ya establecida no será difícil ampliar el programa, a menos que quieran lograrlo en un solo año, y de los casi 19 mil millones de pesos con que contó en 2012, requerirá un 50 por ciento de presupuesto extra, es decir, entre 28 y 30 mil millones en total, explicó Ornelas.

El problema que advierte Alejandro González, director de Gestión y Cooperación Social (Gesoc), es cómo se va a cubrir la necesidad de recursos extras, ya que no se está planteando ninguna reestructura a los programas sociales, sino sólo se propone la ampliación o creación de nuevas acciones.

"Asegurar un ingreso mínimo para las personas adultas mayores me parece que es correcto, la siguiente pregunta es: ¿De dónde va a sacar el dinero?", destacó.

Adultos mayores, prioridad

González hizo énfasis en que la pensión a adultos mayores es uno de los programas que buscan combatir la pobreza, por lo que es importante verlos colocados como prioridad del Gobierno entrante.

En un Índice de Desempeño de los Programas Públicos Federales (Indep), elaborado por Gesoc, 70 y Más había sido calificado como "de alto potencial", por considerar que su diseño era adecuado y había buen avance en cumplimiento de metas.

Un tercer anuncio de Peña Nieto fue dar un seguro de vida a las madres que sean jefas de familia para, en caso de faltar, sus hijos reciban apoyo del Estado hasta acabar la universidad.

Ahí González cuestionó su relevancia como para ser una de las primeras acciones de Gobierno; sin decir que no sea importante, señaló que no ve evidencia que sustente que el asunto deba ser una prioridad al nivel de las otras dos.

En cambio sigue dejando pendiente una reforma a los sistemas de seguridad social con los que hoy se cuenta. "Hubiera quedado mejor en esta reforma más amplia de seguridad social que se planteó el presidente; o sea, es un enfoque claro de sistema de seguridad, no de programa presupuestario, en este enfoque amplio donde se está planteando también acceso universal a la salud, seguro al desempleo y seguro de cesantía", afirmó.

"Ahí me parece que hubiera quedado mejor y de manera más integrada e integral una iniciativa de este tipo, que desde mi perspectiva, tal y como está planteada, nada más contribuye de nueva cuenta a la fragmentación y a la dispersión sin una clara estrategia".

Explicó que hay una diferencia entre una red de protección social, que se conforma con programas focalizados, principalmente de transferencias de dinero, a diferencia de un sistema de seguridad social, que parte de reconocer derechos que son exigibles y universales.