Jesús Mejía/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Para el yucateco Arcadio Poveda Ricalde, reconocido astrónomo de renombre internacional, recipiendario de la medalla “Héctor Victoria Aguilar”, que le otorgó el pasado sábado el Congreso del Estado, “nuestro planeta, la Tierra, es un milagro, un pedacito de piedra vulnerable”.

Con 65 años de trayectoria en la Astronomía, rama del que es investigador emérito de la UNAM y miembro del Colegio Nacional, expresa su temor por la vulnerabilidad del globo terráqueo ante los asteroides y cometas que circundan la Vía Láctea, así como por las erupciones volcánicas.

Acompañado de una de sus tres “musas”, la señora Helga Korlowski Pless de Poveda, su esposa (las otras son Urania –personaje mitológico- y la UNAM), reconoce ser un soñador, un buscador de estrellas que intenta resolver los misterios del cosmos, con satisfacciones profesionales como el haber creado diversos centros de investigación.

Con todo el conocimiento acumulado, ¿Cómo aprecia nuestro planeta?
Es un milagro, un pedacito de tierra, de roca, pero con un historial y unas condiciones ambientales extraordinarias, no sólo por el desarrollo de la naturaleza, sino por el desarrollo de seres inteligentes que se pueden hacer preguntas sobre el universo, sobre dónde venimos y a donde vamos.

Usted dice que la tierra es una piedrita, que es muy vulnerable, ¿No siente miedo por eso?
Sí es vulnerable y sí me da miedo, por fortuna el desarrollo de la civilización, la ciencia y la tecnología nos ha llevado al punto de que ya tenemos recursos para podernos defender de algunas catástrofes cósmicas, como el impacto de un asteroide parecido al que chocó en Chicxulub hace 65 millones de años. 

Entonces, ¿Hay los recursos tecnológicos para prevenir un impacto?
Una de las catástrofes más temidas es precisamente el impacto con asteroides, meteoritos o cometas. Ahora podemos darnos cuenta con anticipación gracia a los telescopios sobre un posible impacto y tener medidas para defenderse, ya sea desviándolo o destruyéndolo.

Con un planeta vulnerable incluso al cambio climático, ¿Es usted un optimista  un pesimista?
La tortilla tiene dos caras, una es la parte de los efectos negativos, la otra es el avance fenomenal que ha tenido la ciencia, la tecnología y la educación que ha permitido al hombre vivir mejor y desarrollar recursos para defenderse mejor contra las calamidades.

¿Qué otros riesgos ocupan su mente?
Me preocupan las erupciones volcánicas globales, masivas. Por ejemplo, hace 65 millones de años, antes de Chicxulub, se dieron en la región de la India erupciones terribles, tremendas, como parte del movimiento de las placas tectónicas. Si hiciera erupción el Xitle Xitle  (ubicado al suroeste de Tlalpan, Distrito Federal) como ocurrió con el Vesubio no tendríamos la tecnología, las fuerzas para defendernos de las erupciones. El Popocátepetl libera presión como una olla exprés que cuenta con una válvula de escape, lo cual es positivo, pero también podría hacer erupción.

Entonces, ¿Cómo debemos vivir la vida si hay peligro de erupciones y choques de meteoros?
Con un ojo al gato y otro al garabato. Vive la vida, pero con conciencia de la vulnerabilidad de nuestro planeta.

Con 65 años de trayectoria nacional e internacional, ¿Quién es hoy Arcadio Poveda?
Un soñador, un buscador de estrellas, un científico que busca resolver misterios del universo, un apasionado de la Astronomía. Pero no sólo eso, es una persona muy interesada en el progreso y en el desarrollo de la ciencia, que construyó el nuevo Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir y el centro de Astronomía en Ensenada, además de haber fundado el Programa Universitario de Investigación y Desarrollo Espacial.

¿Usted cree que ya perdimos la capacidad de mirar al cielo y admirar las estrellas?
Sí, los jóvenes de hoy miran la pantalla del televisor o de la computadora. Tengo sentimientos encontrados a este respecto. Dependiendo de la vocación del joven, puede estar viendo programas sensacionales de ciencia y astronomía o futbol ya sea en la televisión o en internet.

Entonces, ¿vale la pena salir de la casa y mirar las estrellas?
Claro que vale la pena, porque hay inspiración cuando uno sale a observar el cielo despejado, fuera de las luces y de la contaminación de una ciudad. Es muy grato ver las estrellas, la Vía Láctea, ya que nos abre un horizonte especial.