MÉRIDA, Yuc.- Jéssica E. C. B., la mujer que fue asesinada en Plaza Fiesta a manos del que todavía era su esposo, ya había iniciado los trámites de divorcio e incluso tenía programado una cita de conciliación en un juzgado familiar oral de esta ciudad.

Lo anterior pudo haber provocado la ira de Eduardo E. R. C., quien en varias veces la había amenazado de muerte a ella así como a los hijos de ambos, según lo dicho durante la audiencia de vinculación por el delito de feminicidio agravado contra el acusado.

Incluso los fiscales establecieron que el pasado día 14, Eduardo acudió a la gasolinera ubicada frente a Plaza Fiesta, lugar donde laboraba Jéssica, para exigir a los jefes del establecimiento que le mostraran los videos de seguridad y así asegurarse que su esposa permanecía en su sitio de trabajo todo el tiempo.

Por supuesto se le negó la petición, por lo que el acusado amenazó públicamente a Jéssica, por lo que los jefes de ésta le ofrecieron ayuda acompañándola hasta su casa en San Pedro Nohpat, para recoger a sus tres hijos y abandonar definitivamente a su marido.

Lo anterior se había repetido en varias ocasiones, incluso esa mañana, cuando con un cuchillo Eduardo perforó la puerta de la habitación donde se protegía su esposa.

Sin embargo, la paz nunca llegó para Jéssica, quien finalmente fue asesinada el pasado viernes 23, en los pasillos de Plaza Fiesta.