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MÉRIDA, Yuc.-  La presunta desaparición de un avión en el espacio aéreo yucateco cuando se dirigía al aeropuerto de Kaua, luego de perder el contacto con el radar de la torre de control, pondría en evidencia graves descuidos en los protocolos de seguridad aeroportuarios y peor aún, podría sacar a la luz un nuevo caso de actividades ilícitas en las narices de las autoridades yucatecas que no se dieron cuenta a tiempo de los sucedido.

Fuentes enteradas del caso nos revelaron desde el aeropuerto de Mérida que el avión Hawker 25, pero registrado como un Lear Jet 31, de matrícula N770JP estadounidense y que fue reportado como robado por la empresa JetNet, arribó al aeropuerto meridano y luego de cumplir en apariencia con todos los trámites de rigor y de cargar su tanque al máximo, el avión despegó con destino al aeropuerto de Kaua, al cual nunca arribó, perdiéndose del radar.

"El avión llenó su tanque al full, es claro que pensaban volar por lo menos unas cuatro o cinco horas continuas, por lo que ese avión ya debe estar en alguna parte de Centroamérica… el avión nunca se accidentó", revelaron.

Procedente de Pachuca

El avión llegó a Yucatán sin pasajeros, sólo tripulado por dos personas que se identificaron como Oscar Armenta Pérez, como piloto y Alejandro Martínez Romero, como copiloto. La aeronave partió del aeropuerto “Juan Guillermo Villasana”, de Pachuca, Hidalgo, a las 19:28, por lo que descendió en Mérida poco después de las nueve de la noche.

El avión bajó en el aeropuerto de Mérida “Manuel Crescencio Rejón”, luego de unas horas cargó combustible y se dirigió a Kaua, pero a unas tres millas de distancia desapareció de las pantallas del radar.

Identificaciones falsas

Tras la denuncia número E2/000017/2014 interpuesta por Eduardo Alberto Romero del Valle ante la Fiscalía, las autoridades ministeriales se han dedicado a investigar el caso, aunque de entrada se lavaron las manos pues señalaron que el caso será turnado a la PGR, pues se trata de un caso de índole federal, lo que ha generado opiniones encontradas, pues la FGE debe investigar y turnar solo en caso de hallar indicios de se trata de un delito federal, pero en éste caso, sin investigar ya anunció que turnará el caso a la federación.

En medio de la polémica por lo sucedido, trascendió que las dos personas que llegaron a bordo del avión, presentaron identificaciones falsas, sin que la autoridad aeroportuaria se percatara de ese “pequeño detalle”.

Oficialmente, según las credenciales, se trata de los pilotos Oscar Armenta Pérez, como piloto y Alejandro Martínez Romero, pero ahora se sabe que no son quienes se presentaron ese día tripulando el avión.

De igual forma, las autoridades yucatecas prácticamente ya descartaron un posible accidente, pues ya se “peinó” la zona y no hay indicios de algún percance.

Actividades ilícitas

Por lo anterior, en los círculos aeroportuarios ya se comenta con insistencia de que se trató de un caso de tráfico de drogas o alguna otra actividad ilícita que se registró en las narices de las autoridades yucatecas que no se percataron de lo sucedido.

A la incompetencia oficial, se suma también el hecho de que el aeropuerto de Mérida prácticamente se encuentra sin vigilancia federal, pues varios de los efectivos de la Policía Federal destacados en Yucatán, principalmente a los del aeropuerto, fueron enviados de “comisión” a Tamaulipas.

En opinión de algunas personas relacionadas con el ambiente aeronáutico, el avión sí realizaba actividades ilícitas, pues los pilotos volaron bajo intencionalmente para desaparecer del radar y no ser detectados.