Arman esqueleto del ballenato de Progreso (video)

El avance de la erosión costera aceleró la recuperación de los restos óseos enterrados hace casi un año a unos 100 metros de la playa.

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Personal del departamento de Biología Marina de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) protege y estudia los restos de la ballena que recaló y murió hace un año en Progreso. (Jorge Acosta/SIPSE)
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Ana Hernández/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- El proceso para secar y armar el esqueleto del ballenato que recaló hace casi un año en las playas de Yucatán ha iniciado y se prevé que a más tardar en mayo próximo esté listo para ser exhibido.

El avance de la erosión costera aceleró la recuperación de los restos óseos que fueron enterrados hace casi un año a unos 100 metros de la playa, por lo que un equipo de 20 personas liderado por el especialista Raúl Díaz Gamboa rescató en enero pasado los huesos, ya que estaban a menos de 30 metros del agua salada.

Por ahora, este equipo integrado por especialistas y alumnos de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) se encarga de limpiar, lavar y dar vueltas a la estructura para luego armar el esqueleto.

El problema fue que la filtración del agua en la arena generó que el cetáceo estuviera enterrado, pero con agua, hecho que no sólo aceleró el proceso de descomposición, sino que reblandeció el tejido, por lo cual el equipo comenzó la extracción de los restos desde la parte posterior del esqueleto, de la aleta caudal a la cabeza.

“Un vez que se seque, le aplicarán sustancias químicas para prevenir la descomposición futura o que sea lo más lento posible, como se trata de un tejido, por más que se preserve tenderá a degradarse con el tiempo, hay que ponerle selladores, resinas, hay que blanquearlo”, precisó.

Díaz Gamboa, investigador del departamento de Biología Marina de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), comentó que el Ayuntamiento tiene interés en el proyecto del esqueleto y aprobaron financiar el proceso de restauración.

Apenas el viernes pasado publicamos que el acercamiento del mar a las casas de playa en Progreso y sus comisarías han afectado en la casi desaparición de playa y en el daño a los cimientos de las construcciones. En consecuencia, las propiedades han sufrido un desplome en su valor de hasta por un millón de pesos.

En los últimos años, las playas de Progreso y toda la franja costera de sus comisarías, se han ido perdiendo por la erosión del suelo, permitiéndole al mar ganar espacio tierra adentro, al punto de que las casas veraniegas, apostadas frente a éste, se han visto afectadas debido a la llegada del agua a los cimientos de las mismas. 

En el caso del ballenato, el investigador del Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Uady y coordinador del Programa de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos en la entidad (Picmmy), Raúl Díaz Gamboa, explicó que desde diciembre, en la prospección que se efectuó para ver el avance de degradación del cuerpo, resolvieron que era tiempo de sacar el esqueleto del animal que recaló en las costa de Progreso el 28 de febrero de 2016.

Características 

El investigador de la Uady comentó que la estructura ósea del ballenato, que mide unos 15 metros de largo, ya está en el campus de la universidad. Los huesos de la columna, costillas y aletas se secan sobre el techo de uno de los edificios, mientras que la cabeza está en la parte posterior de otro inmueble, bajo vigilancia y lavado continuo para sacarles toda la grasa y poder comenzar el proceso de conservación.

En entrevista, explicó que trabajan y evalúan las condiciones de la estructura ósea, “era un animal joven no adulto, lo cual significa que el grado de calcificación de los huesos no es completo, son huesos frágiles, de por sí lo cetáceos tienen huesos porosos, que son poco densos, que están rellenos de grasa, porque al animal no le conviene que su esqueleto sea muy pesado, tiene que salir a respirar”.

Así que su estructura ósea es muy frágil, por lo cual es normal que varios de ellos se hayan fracturado o astillado, pero son daños menores los que tiene el esqueleto, son reparables y restaurables.

A esta situación se le añade el hecho de que, como indicamos anteriormente, los huesos se descompusieron entre el agua de mar.

El especialista recordó que los huesos llevaban 11 meses enterrados y en diciembre que hicieron una prospección para ver el estado de descomposición, se dieron cuenta de que el mar ganó terreno, ya que cuando enterraron la ballena el mar estaba a 100 metros de distancia y ahora está a menos de 30 metros. 

 

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